La mirada de Jorn Lucas: Altri

A Coruña

Cientos de barcos en la ría de Arousa, protestas masivas en la Plaza del Obradoiro, pancartas en Riazor.

Si algo han conseguido las movilizaciones contra la fábrica de Altri, es salir en todas las portadas, los telediarios, podcasts y programas de radio.

Y eso que la fábrica ni siquiera está en marcha. Es más, creo que ni han puesto la primera piedra.

Pero eso da igual. Lo importante es que se siga hablando de un proyecto que hace aguas por todos lados.

Y si yo puedo aportar mi granito de arena, lo haré encantado.

Aparte del enorme daño para el medioambiente, lo que me indigna mucho es que se van a gastar cientos de millones de euros del fondo Next Generation de la Unión Europa en algo que apenas crea empleo, pero sí lo destruye. Y la aportación de este proyecto a la sociedad gallega es muy discutible.

Y si fuera poco, todo esto lo lidera una empresa portuguesa que desde los incendios fatales de 2017, tiene restricciones en su propio país por las leyes forestales. Que la Xunta de Galicia igual ponga la alfombra roja a un proyecto como este es, directamente, una vergüenza. O como diría un buen amigo mío - bacalá infame.

Sin dudas me sumo a la crítica que hizo en su día David Chipperfield, el arquitecto británico afincado en Corrubedo: “El futuro de Galicia no es Altri. La riqueza y el futuro de Galicia están en su capital natural. El medio ambiente es su tesoro”.

Levantar una fábrica como esta es una economía vieja en estado puro, sin visión de futuro. Ya va siendo hora de que la Xunta se quite el traje de otra época y apueste de verdad por el mañana de Galicia. Porque aquí no solo está en juego el capital natural del que hablaba Chipperfield, sino también el humano.

Tenemos universidades de primer nivel, formación profesional puntera, y eso garantiza tanto la industria como el conocimiento.

Quizá así las empresas extranjeras vengan por las razones correctas. Y no con un desastre ambiental disfrazado de sostenibilidad.