Pedro García Aguado: “El deporte me enseñó a levantarme cuando todo se rompe”

A Coruña

Pedro García Aguado, exjugador de waterpolo, campeón olímpico en Barcelona 92 y conocido por su papel como coach en el programa Hermano Mayor, ha sido el protagonista en La Ventana de las Rías, de Radio Coruña Cadena SER. El exdeportista está en A Coruña para participar en un acto organizado por el Coruña British School, donde ha ofrecido una charla sobre la importancia de fomentar la resiliencia desde la infancia.

“Resiliencia”: una palabra clave para el siglo XXI

Durante su intervención en La Ventana de las Rías, García Aguado explicó el origen del término resiliencia, aplicado inicialmente a la capacidad de los metales para resistir la presión sin quebrarse. Una metáfora que encaja perfectamente con la vida: “Aplicado al ser humano, nos dice que la cosa va a ser complicada”, afirmó.

La clave, según el coach, está en enseñar desde pequeños a enfrentar las dificultades. “En un mundo como el actual, tan rápido y lleno de estímulos, los niños deben desarrollar herramientas para no venirse abajo ante la primera adversidad”.

El deporte como escuela de vida

Pedro García Aguado compartió parte de su historia personal, marcada por momentos de crisis y superación. En su caso, el deporte fue fundamental para desarrollar esa capacidad de recuperación: “El deporte me enseñó a levantarme después de caer, a seguir entrenando tras fracasar, a no rendirme”.

Destacó la importancia de asociar el deporte con valores: “No hablo sólo de competición, sino de actividad física como vía de mejora constante. Eso, combinado con una buena educación emocional, te prepara para la vida”.

Niños emocionalmente desentrenados

García Aguado alertó sobre una tendencia preocupante: cada vez más jóvenes carecen de herramientas para gestionar sus emociones. “No todos, pero muchos adolescentes no han sido educados emocionalmente. O bloquean lo que sienten, o se desbordan”.

Recordó situaciones vividas en su programa Hermano Mayor, donde la falta de gestión emocional se traducía en violencia. “Es básico que los centros educativos trabajen la educación emocional de forma sistemática”, reclamó.

Retardar la recompensa, clave para resistir la frustración

Una de las ideas más potentes de la entrevista fue la importancia de enseñar a los niños a retardar la recompensa, algo que generaciones anteriores aprendían de forma natural. “Antes teníamos que esperar a revelar un carrete para ver las fotos. Hoy todo es inmediato. Y eso afecta a su tolerancia a la frustración”.

Recordó cómo la selección española de waterpolo transformó la medalla de plata en Barcelona 92 en oro en Atlanta 96: “Eso fue resiliencia: esperar cuatro años, seguir trabajando y darle la vuelta a la historia”.

Tecnología y redes sociales: el reto de educar sin prohibir

García Aguado subrayó también los desafíos que suponen las tecnologías y redes sociales. “No podemos dar la espalda a la tecnología, pero sí debemos conocerla y educar en su uso. No vale con darle un móvil a un niño sin explicarle nada”.

Está implicado en el Proyecto FEZ (Formación, Educación y Sensibilización), que busca preparar a familias y docentes para acompañar a niños y adolescentes en su vida digital. “Las redes activan los mismos circuitos de recompensa que una droga. Si no educamos, hay riesgo de desarrollar adicciones”.

Ansiedad, medicación y presión social

En la parte final de la entrevista, el coach denunció el aumento del consumo de ansiolíticos y antidepresivos entre menores. “No quiero banalizar sus problemas, pero muchos sienten que han tocado fondo porque la presión social les empuja a no aceptarse como son”.

Por eso insistió en la necesidad de educar en resiliencia: “No podemos evitar que vivan en un mundo exigente, pero sí podemos prepararles para que no se derrumben ante la adversidad”.