Indignación y sorpresa en Vigo por el cierre forzoso del Nicolás Peña: "Es un ataque a la Atención Primaria"
El anuncio, que implica la reubicación al CIS Olimpia Valencia, ha generado un profundo malestar

La decisión de la Xunta de Galicia de cerrar el centro de salud Nicolás Peña y trasladar a sus más de 12.500 usuarios y todo su personal al nuevo Centro Integral de Salud (CIS) Olimpia Valencia ha desatado una ola de sorpresa e indignación entre los vecinos y profesionales sanitarios de Vigo.
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Oleada de críticas, tanto de personal sanitario como de usuarios, por el cierre del Centro de Salud Nicolás Peña de Vigo, por María Díaz
El anuncio, que implica la reubicación de un centro de salud con una larga trayectoria, ha generado un profundo malestar. Tanto los usuarios como el personal sanitario han expresado su rotundo rechazo a una medida que, según ellos, no solo no mejorará la atención, sino que podría empeorarla.
"No se va a reforzar la atención", aseguran los profesionales, quienes ven con preocupación el impacto de este traslado en la calidad del servicio ofrecido a los ciudadanos.
Un traslado cuestionado y sin consenso
La Xunta ha justificado la medida con la inminente finalización de las obras del CIS Olimpia Valencia, un centro de 15,6 millones de euros y 7.300 metros cuadrados que se espera cuente con 130 profesionales y una amplia gama de servicios, desde medicina de familia hasta fisioterapia y telemedicina. De hecho, el pasado 30 de junio se publicó la licitación para el mobiliario del nuevo centro.
Sin embargo, para el alcalde Abel Caballero, y para la voz de los afectados que ha recogido, esta no es la forma. El regidor ha insistido en que el traslado no cuenta con el respaldo de quienes día a día hacen uso o trabajan en el Nicolás Peña, volviendo a poner el foco en la falta de diálogo y consenso por parte de la administración autonómica.
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Abel Caballero, alcalde de Vigo, sobre el cierre del Nicolás Peña
La comunidad viguesa se mantiene en alerta ante un cambio que, lejos de ser percibido como una mejora, es visto como un cierre forzoso que genera incertidumbre y malestar en un servicio tan esencial como la atención primaria.




