El fuego, al borde del concello de Folgoso do Courel: "Estamos preparándonos por si entra"

Lugo

Con el recuerdo todavía reciente del gran incendio que devastó 12.800 hectáreas, quemando quince por minuto, los vecinos de Folgoso do Courel se preparan para la posibilidad de que los incendios que avance desde Ourense lleguen al territorio. Por lo de ahora, el fuego se acerca al término municipal, pero no ha entrado.

"Vemos que hay llamas en A Seara, O Soldón y Outeiro", explica la alcaldesa, Lola Castro, "que son núcleos que ahora pertenecen a Quiroga, pero que formaron parte de nuestro municipio". Las tareas ahora mismo se centran en preparase para la posibilidad de que se expandan: "Estoy intentando pedir una máquina para que nos abra pistas sobre todo donde nos apuntan los mayores del lugar que podría hacerse algo por detenerlo". Además, refrescan el terreno mientas permanecen atentos y "con el corazón en un puño".

Los ancianos del lugar, cuenta, "son conscientes de que hay que defender las aldeas antes de nada, sienten mucha tristeza y saben que si en algún momento esto se complica tendrán que irse". Los más jóvenes "colaboran, nos ofrecen recursos, lo que tienen, los que tienen cisternas las han llenado, los que tienen ganado ya les pedí que lo bajasen a los pueblos". Sin embargo, si la dirección del viento se mantiene soplando desde el norte, espera que "nos salvemos".

"Enviamos 3.000 cartas y 1.500 nos vienen devueltas"

El incendio de Folgoso en el 2022 era el peor incendio de la historia de Galicia, ahora superado ya por varios de los fuegos simultáneos de Ourense. Desde el recuerdo de como las llamas se llevaron por delante 12.800 hectáreas, la alcaldesa considera que en los últimos años desde el gran incendio que devastó el municipio se trabajó mucho en las zonas quemadas, pero poco en el resto del monte.

Tras los fuegos, cuenta, "se hizo una intervención muy activa, digamos, porque el agua volvía a deshacer el suelo quemado, y las actuaciones se centraron mucho allí". Sin embargo, apunta que en los lugares que no se quemaron, que son los que ahora están amenazados, "sí que echo en falta más prevención".

Señala la dificultad para llevar a cabo la limpieza del monte y el desbroce de pistas: "Esto al final es un trabajo de todos, de la administración y los particulares, pero se envían cartas pidiendo que se limpien las finchas y hay gente que lo hace, los que están aquí, pero muchos ni siquiera la reciben". A menudo "vienen devueltas" porque hay fincas "a nombre de personas que están sabe Dios donde" e incluso "fallecidas".

Este sistema no está siendo efectivo, denuncia: "Los Concellos no tenemos medios para hacer frente a esas personas y obligarles a limpiar los perímetros de los pueblos, porque nos liamos a enviar tres mil cartas y mil quinientas nos vienen de vuelta". Cree que es urgente revisar el sistema y agilizar la posibilidad de que la administración intervenga de forma más ágil en los terrenos que no se limpian.