El arte de la carne perfecta: cortes, maduración y claves para un resultado excepcional
A raíz de la entrevista a Carnicería Ana en La Despensa Sonora de La Ventana de las Rías, descubrimos las claves del buen corte, la maduración y el verdadero arte de trabajar la carne

La Despensa sonora: El arte de la carne perfecta
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A Coruña
Hablar de carne es hablar de técnica, tradición y conocimiento. Detrás de cada pieza hay un proceso que condiciona su sabor, su textura y su calidad final. Desde la elección del corte hasta la maduración, pasando por el grosor y la forma de cocinarla, cada detalle influye directamente en la experiencia del comensal.
Elegir el corte adecuado: la base de todo buen plato
Muchos consumidores siguen identificando la carne solo con piezas clásicas como el solomillo, la contra o el filete de ternera. Sin embargo, el universo cárnico es mucho más amplio y está lleno de cortes que, aunque durante años pasaron desapercibidos, hoy triunfan en restaurantes y hogares por su versatilidad y sabor.
Cortes como el vacío, la oreja de solomillo o babette, o piezas menos conocidas del cuarto trasero, permiten elevar una receta y adaptarla al estilo de cocina de cada persona.
¿Por qué importa tanto el corte?
Porque determina:
- La textura
- El nivel de jugosidad
- El sabor final
- El tiempo de cocción necesario
Cada corte necesita un tratamiento específico. Por eso, antes de escoger, la pregunta clave es siempre la misma: ¿cómo lo vas a cocinar?
Un guiso, una plancha rápida o un asado lento requieren piezas distintas. La buena elección no es cuestión de moda, sino de función.
Grosor y dirección del corte: dos factores que transforman la experiencia
No basta con elegir la pieza: también hay que cortarla correctamente. El grosor influye en la jugosidad y en el equilibrio entre carne y calor. Un filete demasiado grueso para quien no controla el punto puede terminar duro; uno demasiado fino puede quedarse seco.
La dirección del corte también es determinante. Cortar a contrapelo ayuda a romper fibras y ofrece una textura mucho más tierna.
La maduración: donde la carne encuentra su mejor versión
La maduración se ha convertido en uno de los aspectos más importantes —y a menudo menos comprendidos— de la carne de calidad. Aporta ternura, potencia el sabor y transforma por completo el resultado final. Pero no todas las maduraciones son iguales.
Maduración seca y control de ambiente
Para obtener una maduración correcta se necesita:
- Temperatura precisa
- Humedad controlada
- Flujo de aire adecuado
- Tiempo según tipo de corte y tamaño
Lo que muchos creen que es “maduración” no siempre lo es. Un mal proceso puede arruinar una pieza. Por eso, en los establecimientos especializados se utilizan neveras diferenciadas según el tipo de carne: una para chuleteros y otra para cortes sin hueso, ya que cada uno demanda condiciones distintas.
Cortes que conquistan: el auge de la oreja de solomillo (Babette)
Entre los cortes que más han sorprendido en los últimos años destaca la oreja de solomillo, conocida en Francia como babette. Se trata de una pieza situada entre el solomillo y el chuletero que combina ternura, jugosidad y un sabor potente.
Es ideal para:
- Plancha
- Brasa
- Sellados rápidos
- Recetas donde el punto es clave
Para quienes buscan iniciarse en los cortes menos habituales, es una de las mejores puertas de entrada.
La clave de una buena carne: conocimiento y adaptación al cocinado
La carne no es un producto uniforme. Cada pieza tiene un comportamiento propio y debe seleccionarse pensando en el método de cocción, el punto deseado y el nivel de experiencia del cocinero.
Escoger bien un corte y entender su naturaleza puede ser la diferencia entre un plato correcto y uno extraordinario.




