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Sociedad | Actualidad

Dos iniciativas populares que cambiaron la agenda política

En Hoy por hoy Murcia analizamos el fenómeno que supuso la movilización de miles y miles de personas por el soterramiento de las vías del tren y para conseguir personalidad jurídica para el Mar Menor

En Hoy por hoy Murcia analizamos el fenómeno de las movilizaciones sociales

Murcia

La Región de Murcia ha vivido en los últimos años una serie de movilizaciones vecinales que han dado como resultado la puesta en marcha de iniciativas, que en principio, no formaban parte de la agenda de nuestros gobernantes.

Hablamos, claro está, del movimiento social por el soterramiento de las vías del tren a su paso por Murcia, y de la consecución de la Ley que ha dotado de personalidad jurídica al Mar Menor.

Quizá por la velocidad a la que suceden los acontecimientos o por la envergadura de los mismos todavía no somos conscientes de la fuerza de dos corrientes ciudadanas que hicieron que su opinión prevaleciera por encima de otros intereses partidistas o económicos.

Carlos Abad (izquierda), decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de la Región de Murcia, y  Francisco Javier López Carvajal (derecha), politólogo y sociólogo, en los estudios de Radio Murcia. Foto archivo

Carlos Abad (izquierda), decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de la Región de Murcia, y Francisco Javier López Carvajal (derecha), politólogo y sociólogo, en los estudios de Radio Murcia. Foto archivo

Más allá de colores o de ideologías políticas, miles de murcianos entendieron que la herida provocada por el tren a su paso por Santiago el Mayor (Murcia), tenía que desaparecer, y que mejor que hacerlo aprovechando la llegada del AVE al municipio. Tras años de protestas y movilizaciones sociales capitaneadas por la Plataforma Pro-Soterramiento el resultado ha hecho que a día de hoy las vías hayan desaparecido del mapa urbano.

Otro gran ejemplo de movilización ciudadana tiene que ver con la ILP del Mar Menor. Cansados de palabras vacías y promesas incumplidas por parte de los gobernantes, la ciudadanía entendió que tenía que hacer algo para parar de alguna forma el deterioro de este ecosistema único en el mundo. De esta forma surgió por parte de un grupo de profesores universitarios sensibilizados con el medio ambiente la iniciativa que años después dotaría a la laguna litoral de personalidad jurídica como herramienta para su protección. Un proyecto que estuvo respaldado por más de 600 mil firmas y que la semana pasada llegaba al Senado para su aprobación definitiva.

En una región como la nuestra, de corte conservador y en la que la opinión pública suele someterse a la voz de los gobernantes, ¿Qué pasó por la cabeza y el corazón de los murcianos para plantarse y decir basta ya? ¿Qué ha sucedido para que un buen número de ciudadanos remen en la misma dirección para hacer valer su opinión frente a otros intereses? ¿Por qué estos dos asuntos han contado con el apoyo masivo de la ciudadanía arrastrando a algunos partidos políticos? ¿Qué tiene que pasar para que en tiempos de polarización ocurran estos fenómenos? ¿El estado actual de la Educación o la Sanidad no merece movilizaciones similares? En definitiva, ¿por qué se producen estos movimientos sociales que arrastran la política hacia el lado de los ciudadanos?

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Sobre estas y otras preguntas hemos planteado en Hoy por hoy Murcia un tiempo de análisis para hablar sobre estos dos fenómenos de participación ciudadana. Lo hemos hecho con la ayuda de Carlos Abad, decano del Colegio Oficial de Ciencias Políticas y Sociología de la Región de Murcia, y de Francisco Javier López Carvajal, politólogo y sociólogo.

Además, hemos contado en Radio Murcia con las intervenciones en directo de Ramón Pagán, miembro de Pacto por el Mar Menor, y de Antonio Hernández, portavoz de la Plataforma Pro-Soterramiento, quienes nos han ayudado a entender por qué estas movilizaciones han contando con el respaldo de una gran parte de la sociedad murciana hasta el punto de cambiar las cosas como nunca antes hubiéramos imaginado.