El VAR congela al Efesé en Anduva

Cartagena

Una infame decisión arbitral marca el devenir del partido del FC Cartagena ante el Mirandés, que acaba con el marcador de 2-1 contra los albinegros. Los de Carrión plantearon un mal partido, muy lejos de lo visto en otras salidas, pero el penalti señalado por el canario González Francés tras revisar en el VAR a causa de un pisotón fortuito, y la surrealista situación vivida con la expulsión de Jairo, anulada segundos después, fue una losa que acabó condenando al Efesé a la derrota.

Planteó Carrión el once de gala en Anduva, con el regreso de Kiko Olivas al eje de la defensa y Datkovic pasando al carril izquierdo, con Jairo por delante. En banda derecha formaba Borja Valle y Ortuño se colocaba en punta.

No arrancó entonado el partido el Cartagena, quizá por los 5º de temperatura, quizá por el planteamiento del juego. Los locales dominaron la primera media hora de juego, aunque sin ocasiones claras, más allá de un disparo desviado de Gelabert. A partir del minuto 30 reaccionaron los albinegros, que vieron en Toni Datkovic una ocasión clara de gol detenida por el meta local.

El segundo tiempo arrancó como terminó la primera mitad hasta que en el minuto 54 tenía lugar la jugada que definiría el rumbo del partido. Jairo pisa de forma fortuita e involuntaria a un jugador local dentro del área y el colegiado, tras acudir al VAR, le muestra la cartulina roja. A los 30 segundos Gonzalez Francés se desdice a si mismo y cambia la roja por una amarilla pero señala penalti. Una situación totalmente kafkiana.

La polémica estaba ya servida y las reacciones a la decisión arbitral no tardaron en producirse con el propio presidente albinegro, Paco Belmonte, tuiteando: "¿Qué cachondeo es este, RFEF?" o Alberto de la Bella que tiraba de ironía con un "Esto es fútbol, es LaLiga".

Finalmente Roberto López convierte la pena máxima para adelantar a los suyos. Lo intentaba en Cartagena por medio de Jairo o el propio Datkovic pero fue Barbu el que ampliaba la ventaja rojilla hasta el 2-0, rematando a la media vuelta tras dos rebotes en una jugada a balón parado.

Apretó más el Cartagena que acabó reduciendo distancias en el añadido por medio de Sadiku, que convertía un centro desde la banda derecha. No hubo tiempo para más y los albinegros se vuelven de vacío de tierras norteñas, gracias, en parte y pese al mal partido albinegro, al estamento más protegido del mundo del deporte: el colectivo arbitral, y el uso que hacen de un videoarbitraje en el que se ha perdido totalmente el contexto y en el que se juzgan únicamente jugadas aisladas, independientemente de que sean lances fortuitos del propio juego.