Los sanblases que protegen a nuestra garganta se venden estos días en Murcia
Hoy por hoy Murcia visita el barrio de Santa Eulalia para interesarse por uno de los puestos más tradicionales de las fiestas de San Blas y la Calendaria, donde ofrecen los típicos 'sanblases' y 'candelarias'
María Dolores Ramírez, artesana responsable del puesto de feria de Santa Eulalia
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Murcia
Uno sabe que las fiestas del barrio de Santa Eulalia, en Murcia, están cerca cuando comienza a coger forma el típico puesto de feria regentado por María Dolores Ramírez, artesana de Puente Tocinos, que cada año por estas fechas da vida a las fiestas en honor a San Blas y la Calendaria, junto a la iglesia de Santa Eulalia con la instalación de su puesto tal y como hacía su abuelo.
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María Dolores, cada mañana a las ocho, junto a su cuñada, abre este puestecito que nos recuerda a los puestos de feria de toda la vida, en los que además de poder comprar las típicas palomitas, garrapiñadas, cascaruja o chucherías, también podemos encontrar uno de los tesoros más llamativos de la fiesta, y que solo se venden por estas fechas en Murcia. Hablamos de los tradicionales 'sanblases' y 'calendarias' o de los 'rollicos' de San Pedro, que también son reclamados por los eulalios los primeros días de febrero.
Hablamos de una figuritas de barro que toman la forma del patrón de la garganta, San Blas, o de la Virgen de la Candelaria. Manda la tradición que si nos tenemos que encomendar a un santo para mejorar los males de garganta tiene que ser a San Blas. Pues bien, si hacemos caso a esta creencia, portar un 'sanblas' al cuello puede ayudarnos a mejorar de cualquier problema de salud relacionado con la parte frontal del cuello, la laringe.
Detalle de los famosos 'sanblases' elaborados por esta artesana de Puente Tocinos (Murcia)
Ocurre lo mismo con las 'candelarias' o con los rollicos de San Pedro, que también suelen 'actuar' para diversos males o atraer el dinero, como se suele comentar de los famosos rollos.
María Dolores Ramírez ha contado para Hoy por hoy Murcia que el proceso de elaboración de estas figuritas de barro suele ser bastante laborioso y que necesitan de un año entero para poder sacarlas adelante. Desde su creación y moldeado hasta su cocción en el horno, pasando por el ensamblaje de las cintas de seda o la pintura dorada con las que se embellecen cada una de ellas.
Ramírez confiesa que es una tradición que ya hacía su abuelo y que este se la paso a su padre, siendo ella la tercera generación que se ocupa de estos menesteres en la actualidad, al mismo tiempo que resalta que todas estas figuras de barro están bendecidas por al párroco de Santa Eulalia.
