El ingeniero que dividió las discotecas incendiadas de Atalayas dice que se cumplió la normativa legal
Fue contratado por la empresa que gestionaba la discoteca Teatre para que en la nave pudieran funcionar “una sala, otra o las dos a la vez”
Murcia
El ingeniero técnico que elaboró el proyecto para dividir en dos la nave que ocupaban las dos discotecas que se incendiaron en octubre de 2023 en Murcia provocando la muerte de 13 personas ha dicho este lunes que se hizo conforme a la normativa vigente y dando respuesta a todos los requerimientos planteados por el ayuntamiento.
Carlos José Fuentes ha declarado ante la jueza como testigo en la fase de instrucción durante más de dos horas y a su salida de los juzgados ha indicado a los medios de comunicación que fue contratado por la empresa que gestionaba la discoteca Teatre para que en la nave que ocupaba pudieran funcionar “una sala, otra o las dos a la vez”.
Ha señalado que en los días posteriores al incendio ya presentó ante la policía toda la documentación sobre el proyecto de división y los propios agentes pudieron constatar que había contestado a todos los requerimientos municipales.
Ha ubicado el proyecto para dividir en dos la nave entre 2017 y 2019, aunque fue en junio de este último año cuando los propietarios de Teatre solicitaron por primera vez al ayuntamiento los permisos de obra.
No obstante, Fonda Milagros, donde se produjeron todas las muertes, ya estaba abierta en esa fecha y se publicitaba en redes sociales de internet al menos desde dos meses antes.
No fue hasta más de un año después, a finales de 2020, cuando los servicios municipales visitaron la nave y concluyeron que las obras de división eran “sustanciales” y requerían de una nueva licencia.
Un año más tarde, en septiembre de 2021, el ayuntamiento requirió a Teatre documentación sobre el proyecto y en enero de 2022 dictó una orden de cese de actividad que nunca llegó a ejecutarse, ya que dos meses más tarde, en marzo, la discoteca inició un nuevo expediente para legalizar su actividad, documentación que aportó a la inspección municipal en octubre de ese mismo año.
El ingeniero también ha avalado que los dos locales podían compartir los sistemas de suministro eléctrico o de refrigeración sin contravenir la normativa, de lo que ha puesto como ejemplo unos grandes almacenes, que pueden “gestionar sus instalaciones en un edificio completo con diferentes establecimientos en cada piso” sin necesidad de “compartimentarlas”.
Es lo que se hizo en las discotecas, que tenían un único titular y mantuvieron las instalaciones a ese nombre.
Sin embargo, para los abogados de los familiares de varias de las víctimas mortales, el proyecto de división de las salas incumplía la normativa de seguridad, especialmente en lo relativo a las salidas de emergencia.
Así lo ha defendido el letrado José Manuel Muñoz Ortín, que representa a familiares de tres de los fallecidos y que ha insistido en que esas salidas en ningún caso pueden estar comunicadas con otro negocio en funcionamiento, como ocurría en Fonda Milagros, cuyas únicas puertas de emergencia no daban a la calle, sino al local anexo, Teatre, donde comenzó el incendio, y estaban inutilizadas.
El abogado Pedro López Graña, que representa a familiares de otras dos víctimas mortales, ha recalcado además los fallos en los sistemas de evacuación de humos y “de todos los de emergencias en general” y “la situación también aparentemente muy anómala” de la instalación eléctrica, ya que la discoteca no tenía contrato con ninguna compañía desde 2016 y funcionaba con un generador.
Ambos letrados han explicado que el ingeniero ha defendido que sí se hizo una instalación eléctrica adecuada al dividir el local y que desconocía el uso del generador.
Los abogados han solicitado a la jueza que el ingeniero sea interrogado también como investigado en este procedimiento por su posible responsabilidad en el incendio, petición a la que de momento no ha accedido la magistrada, que mantiene esa condición para seis personas: tres responsables de Teatre, el pinchadiscos que organizó la fiesta que celebraba esa noche en la sala, el propietario de la máquina de fuegos fríos que se utilizó y que habría provocado el fuego y el propietario de Fonda Milagros.
El ingeniero es el último de los testigos que por el momento ha sido citado a declarar en este procedimiento, si bien la investigación continúa este miércoles, cuando está previsto que varios peritos propuestos por las familias de los fallecidos entren a las discotecas incendiadas para recabar sus propias pruebas del siniestro antes de que los locales sean demolidos.