Preocupación entre ecologistas, agricultores tradicionales y vecinos de la comarca del Noroeste por el aumento incontrolado de la agricultura intensiva
La situación del Campo de Cartagena y el Mar Menor unido al cambio climático han hecho que muchas de estas empresas se instalen en Caravaca, Moratalla o Calasparra
Agricultura intensiva
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Murcia
La situación del Noroeste de la Región de Murcia es preocupante desde hace tiempo. Los ríos se están secando. La contaminación por nitratos es cada vez mayor y aunque asociaciones de agricultores, regantes y ecologistas están alzando la voz, no hay todavía una alarma social ni tampoco una gran involucración política. Las empresas latifundistas, fondos de inversión, que han tenido que salir del Campo de Cartagena por las restricciones para proteger el Mar Menor, han visto en esta zona un lugar donde instalarse. En los últimos 20 años se ha producido este aumento de terreno dedicado a esta agricultura intensiva. Según ARECA, la agrupación de comunidades de regantes de Caravaca, desde principios de los 90, solo en Caravaca más de 1.500 hectáreas han pasado de secano a regadío, casi todas de intensivo.
Para Ecologistas en Acción se está perjudicando a la biodiversidad de la zona y a los productores tradicionales. Rubén Vives explica que se extraen aguas de acuíferos mermando los manantiales, fuentes y ríos. "Tenemos un problema con los nitratos. No es solo una cuestión del Mar Menor. La contaminación por nitratos se tiene que controlar y aquí no se está haciendo".
Alonso Torrente es miembro del Consejo en Defensa del Noroeste y de Caralluma, una asociación que defiende la conservación de la biodiversidad en Calasparra y el Noroeste. Asegura que el río Argos está extinto. Recuerda que la modernización de regadío y el tradicional iban a convivir, pero no ha sido así. "El riego tradicional ha sufrido una subida de precios imposible de abordar: hasta 1.300 euros por algo más de 1.100 metros. Los agricultores tradicionales somos humildes, pobres... tengo que pagar por el riego la mitad de lo que me costó el terreno". Torrente señala que este problema "lo generan los grandes latifundistas y fondos de inversión".
Para Alfonso Sánchez, de la Agrupación de Comunidades de Regantes del Caravaca, ARECA, estamos ante una situación límite para las fuentes y manantiales del Noroeste. Los agricultores tradicionales no han podido terminar la temporada de riego. Han perdido los cultivos de hortalizas. Enfrente de esos terrenos, "grandes extensiones de cultivos como lechuga y brócoli regando a placer". El problema se agrava además por la contaminación por nitratos. "Los olores son cada vez más insoportables". Alfonso Sánchez asegura que dentro de pocos años "no habrá más producto de proximidad. Lo están matando y nadie hace nada".