La heroicidad de Radovic se queda sin premio

Murcia

Empezó el UCAM Murcia CB su cita en Liga Endesa con la misión de espantar los fantasmas de la eliminación de la Champions. Delante, un Morabanc Andorra que no lo puso nada fácil y que fusiló a los universitarios al ritmo de Harding en el perímetro. Este agujero en el 6'75 permitió a los visitantes escalar en el marcador y hacer muchísimo daño. Solo Rodions Kurucs pudo salvar los muebles con un triple al final del 1Q para mejorar esta faceta global, al menos con un 20% (14-19).

En la rotación del pívot estuvo Kostas, al que le faltó pulso en defensa y más continuidad en ataque. La batuta ofensiva la llevó Kurucs para contagiar al dorsal 37 de su equipo. Ahí Kostas se fue liberando poco a poco con una buena dupla con Rodions que permitió el 26-29 en el luminoso.

Sin embargo, de poco sirvió esta buena sensación pasado el ecuador del segundo cuarto cuando siguió el coladero en la defensa del triple. Eso, sumado a que las desconexiones defensivas se acrecentaban cada vez más, provocaron que el UCAM tuviera unos minutos donde el marcador se fue 12 arriba y con malas sensaciones al descanso (36-48).

El golpe de efecto de Nemanja Radovic

Tras vestuarios, el UCAM Murcia quiso apretar, pero el acierto de Andorra era excelso. Se mantuvo en el inicio en esa distancia, minando cada vez más la moral universitaria. Lo tuvo que parar Sito Alonso porque la escalada de puntos estaba siendo atronadora. Y ahí pareció que los murcianos cambiaron el chip, encomendados por Nemanja Radovic. Fue el líder que el equipo necesitaba para ponerse manos a la obra y guiar a sus compañeros hacia una posible remontada con puntos en sus manos (61-67).

En el último cuarto cambió la historia por completo, con buenas sensaciones locales sobre todo. Con 68-70, Joan Plaza pidió tiempo muerto porque Radovic seguía comiéndose al rival. Y así continuó porque no había forma de parar al montenegrino, de largo el MVP de UCAM Murcia. Sant-Roos, además, recuperó ritmo y con un triple puso el 75-75. En los últimos minutos, tras una caraja de Andorra, rápidamente fueron espoleados por Evans que, con sus 27 puntos, marcó la distancia definitiva para el final del duelo (79-85).