Al Real Murcia no le salen las cosas ante el Sevilla Atlético: muchas oportunidades falladas y un nuevo empate

Murcia

El Real Murcia sigue sin encontrar el camino. Esta vez, no fue por falta de actitud ni de juego. Los de Joseba Etxeberria ofrecieron una de sus mejores versiones del curso, con intensidad, dominio y numerosas ocasiones, pero la falta de acierto volvió a penalizarles. El empate ante el Sevilla Atlético (1-1) dejó una sensación amarga en un Enrique Roca que reunió a 13.701 espectadores en una noche de otoño cargada de urgencias.

Etxeberria introdujo varias novedades en el once, buscando la reacción. Andrés López Carmona ocupó el perfil izquierdo de la defensa, Sekou regresó al mediocentro y Juan Carlos Real se asentó en la medular. La sorpresa fue la pareja de ataque: Ekain acompañó a David Flakus. En portería, Piñeiro repitió titularidad en medio del debate sobre quién debe defender el arco grana.

El Murcia salió con alma. Presionó arriba, robó balones y generó peligro desde el inicio. Cristo, muy activo por la izquierda, sirvió un centro que Flakus remató de volea. Carmona, sobrio y seguro, se hizo notar en los primeros compases. Moyita rozó el gol con un disparo desde la frontal tras una buena combinación entre Cristo, Real y Ekain.

Numerosas ocasiones falladas penalizaron al Murcia

El Sevilla Atlético, sin embargo, también mostró calidad. Costa estrelló un cabezazo en el larguero y Galván pidió revisión por una posible mano de Carmona, que fue desestimada tras consultar el FVS. Poco después, Etxeberria reclamó otra revisión por una entrada sobre Ekain, también sin consecuencias. Las interrupciones por el videoarbitraje cortaron el ritmo del partido, que se volvió espeso durante varios minutos.

A los puntos, el Murcia era claramente superior. Dominaba el balón, llegaba con frecuencia y acumulaba ocasiones. Flakus falló un remate claro, Real definió sin precisión tras un pase atrás de Vicente, y el propio gallego no aprovechó un pase de la muerte del lateral. El equipo mostraba una imagen muy distinta a la de Algeciras: intenso, vertical, ganador en los duelos. Pero, como ante el Villarreal B o el Real Madrid Castilla, no concretaba.

Y lo pagó caro. En el minuto 39, Sekou se resbaló dentro del área y perdió el balón. Kpebane centró y Sierra asistió para que el filial sevillista se adelantara con muy poco (0-1). Otro error individual, otro castigo. El Enrique Roca enmudeció.

Antes del descanso, el Murcia rozó el empate con dos centros peligrosos: Ekain de tacón y Flakus de cabeza, pero ninguno encontró portería. La impotencia se apoderó del equipo al llegar al intermedio.

La segunda parte comenzó con otra ocasión clarísima para Juan Carlos Real, que se plantó solo ante el portero tras una pared, pero la tiró fuera y posteriormente señalada en fuera de juego. Etxeberria reaccionó rápido: Palmberg y Pedro Benito entraron por Real y Ekain. Y surtió efecto. En apenas dos minutos, Palmberg cazó un rechace en el área y firmó el empate (1-1), como hace quince días en el mismo escenario.

La grada acompañó, consciente de la buena imagen

La grada volvió a creer. El equipo mantenía el carácter y la presión. Pedro Benito, incansable, generó una gran ocasión con su zancada, pero un defensor se anticipó antes del disparo. Flakus, muy trabajador, no lograba encontrar el remate adecuado pese a sus constantes desmarques.

Con un cuarto de hora por delante, Etxeberria dio entrada a Pedro León para buscar el último pase. Benito lo intentó desde fuera del área y Palmberg obligó a Flores a intervenir con una gran parada tras una volea. El Murcia sometía al Sevilla Atlético, pero los parones de ritmo volvían a jugar en su contra.

Cadorini e Isi Gómez fueron los últimos cambios, por Moyita y Cristo, ya muy desgastados. Sin embargo, las ocasiones claras no llegaron en los minutos finales y el partido terminó en tablas.

El empate dejó al Murcia con una sola victoria en seis jornadas. El ambiente está crispado y los tres filiales han dejado el mismo resultado y las mismas sensaciones: superioridad sin premio, falta de acierto y una frustración que empieza a pesar, aunque esta versión es totalmente distante a la de Algeciras.