El Ibiza castiga a un Real Murcia sin orgullo y lo deja en descenso una jornada más

Murcia

Este Real Murcia no deja de cavar. Cada jornada, un poco más hondo. Hace casi un mes, Joseba Etxeberria dijo que “habían tocado fondo”. Pero el fondo, parece, no tenía suelo. O sí, y lo están atravesando.

El técnico vasco repitió el esquema de tres centrales. Solo dos novedades en el once: Isi Gómez y Juan Carlos Real. Diego Piñeiro, fuera de la convocatoria. El inicio fue prometedor. El equipo salió con brío, con intención, con algo de colmillo. Flakus, Ekain y Real rondaron el área, pero sin acierto. El Murcia mandaba, presionaba arriba y parecía tener el control.

Más de diez minutos de abucheos a la plantilla después de terminar

Y entonces, el partido se puso de cara. Del Campo, del Ibiza, vio dos amarillas en apenas diez minutos. Expulsado. El escenario ideal. Pero este equipo es capaz de convertir el oro en plomo. En una acción sin aparente peligro, Alberto González golpeó con el codo a Monjonell en un salto. El árbitro no lo vio, pero Paco Jémez pidió el VAR. Penalti. Fede Vico no perdonó. 0-1.

El golpe fue directo al mentón. El Murcia se descompuso. Los jugadores se miraban sin respuestas, la grada murmuraba, y el Ibiza, sin hacer nada, ya ganaba. El resto de la primera parte fue un desierto. Solo un disparo de David Vicente entre palos. Moyita, Real e Isi, desaparecidos. Sin ideas, sin último pase, sin alma.

El descanso llegó entre pitos. Felipe Moreno, en el palco, bajó la mirada y se refugió en el móvil. La película de terror no había terminado.

En la reanudación, Etxeberria cambió el dibujo. Volvió al 4-2-3-1 y metió a Pedro Benito y Palmberg. Hubo un amago de reacción. Cristo puso un centro medido que Pedro cabeceó fuera por poco. Flakus rozó el empate, pero Ramón Juan respondió. La grada se encendió. Parecía que el equipo despertaba.

La gente pide soluciones al palco

Duró poco. Unai Medina cazó un rechace en la frontal y soltó un zapatazo que se coló junto al palo. 0-2. Silencio. Luego, abucheos. “¡Esa camiseta no la merecéis!”, tronó la grada.

Etxeberria agotó los cambios. Pedro León y Cadorini al campo. El capitán tuvo una clara que taponó la defensa. Luego, un gol anulado a Cadorini por fuera de juego. Otro a Pedro Benito, tras revisión del VAR. Bustos falló una ocasión clarísima en el área pequeña. Palmberg, en el descuento, también perdonó.

El Murcia acabó volcado, con la pelota, con llegadas, pero sin alma. Plano, previsible, sin chispa. El pitido final fue el inicio del juicio. Pitos, gritos, pañuelos. Felipe Moreno, en el centro de la diana. Etxeberria, en la cuerda floja. Y el Real Murcia, una semana más, en descenso.