De las bombas de achique a un caldero para 1.000 personas, la ayuda cartagenera que no dejó sola a Paiporta
La familia de José y Jaime, vecinos de Perín, viajaron hasta en ocho ocasiones a Valencia y han forjado una gran amistad con los vecinos
De las bombas de achique a un caldero para 1.000 personas, la ayuda cartagenera que no dejó sola a Paiporta / SER
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"Más que quitar barro, hacía falta decirles ‘no estáis solos": Jaime y Jose en Hoy por hoy Cartagena, un año después de la DANA
Cartagena
Un año después de la DANA que devastó localidades valencianas como Paiporta, la historia de una familia cartagenera demuestra que la solidaridad también deja lazos inquebrantables de amistad. Jaime y su suegro José coordinaron ocho viajes desde Cartagena, junto a toda su familia, en las semanas y meses posteriores al temporal para achicar agua, limpiar y, sobre todo, acompañar a los vecinos.
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“La primera imagen fue la más dura de mi vida: destrucción, caos y gente destrozada física y mentalmente”, relata Jaime. “Fuimos el sábado y la ayuda apenas empezaba a llegar.”
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El primer desplazamiento salió de forma coordinada con contactos en la zona. “Tenía medios en la empresa, bombas, mangueras, palas, rastrillos… y nos pusimos en marcha”, explica José.
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“Montamos furgonetas con equipos, y cuando ya estaba la UME y más organización, pensamos en algo distinto, llevamos una plancha y 250 hamburguesas. Si hubieran hecho falta 1.000, 1.000 habríamos regalado.”
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La ayuda continuó meses después, incluso en Navidad. “Organizamos un caldero solidario para 1.000 personas, hicimos recogida de juguetes, llevamos calefactores… Nos veníamos emocionados y llorando, pensando qué podíamos hacer la próxima vez”, cuenta José.
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Más allá del barro y los enseres, “era más importante el empujón psicológico y decirles ‘no estáis solos’ que quitar barro con la pala.”
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La cadena de solidaridad se extendió en Cartagena con el apoyo de asociaciones vecinales, clubes deportivos, empresas y Ayuntamiento. “Ayuda desinteresada; nadie quiso protagonismo”, subraya José.
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La relación se ha convertido en amistad. “Hemos mantenido el contacto con varias familias; ellos han venido a Cartagena y nosotros hemos vuelto para felicitar el año, llevar castañas y chocolate”, explica Jaime. “Aún queda mucho por hacer, pero miran hacia adelante.”
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En la carrera Lucero Trail de Perín, celebrada en Agosto, los cartageneros rindieron homenaje a los vecinos de Paiporta. “Nos sentimos en deuda con ellos por cómo nos acogieron”, dice Jaime. “Incluso alojamos a una familia en casa para que sintieran el mismo calor que sentimos allí.”
