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20 nacionalidades en un aula: El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El instituto explica su modelo de acogida, mediación y programas de embajadores para atender a 1.200 alumnos

REPORTAJE: Convivencia y diversidad en Torre Pacheco, la lección del IES Gerardo Molina

REPORTAJE: Convivencia y diversidad en Torre Pacheco, la lección del IES Gerardo Molina

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Cartagena

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco es uno de los centros educativos con mayor diversidad cultural de la Región de Murcia. En sus aulas conviven más de 20 nacionalidades y cerca de 1.200 alumnos que estudian desde la ESO hasta ciclos formativos de grado superior.

Su directora, Mariluz Granero, nos recibe junto a parte del equipo docente y varios alumnos. “Aquí conviven muchísimas culturas”, explica. “Llevamos muchos años trabajando así y estamos muy contentos con nuestro alumnado. Nuestro principal interés es que vengan a estudiar y a trabajar, que sean felices y que consigan sus metas”.

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

Un instituto diverso y vivo

Granero destaca que el centro cuenta con turno de mañana y tarde y una amplia oferta formativa, secundaria, bachillerato y cinco familias profesionales de Formación Profesional. “La mitad del centro es FP, y eso también nos da una mezcla de edades y perfiles muy interesante”, apunta.

En sus aulas se escucha una sinfonía de idiomas y acentos. “Tenemos más de 20 nacionalidades: marroquíes, ucranianos, colombianos, ecuatorianos, italianos, franceses, pakistaníes, indios… de todo lo que puedas imaginar”, resume la directora.

La convivencia no es sencilla, admite, pero el instituto tiene una larga experiencia en ello. “No es fácil, pero llevamos muchos años integrando y conviviendo. Torre Pacheco es un ejemplo de todo ello. Aquí trabajamos codo con codo con el ayuntamiento, las empresas, el comercio y las asociaciones del municipio. Todos remamos en la misma dirección: la convivencia”.

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

Educación emocional y mediación

La jefa de estudios, María Luisa Chumilla, explica cómo se construye esa convivencia en el día a día. “Sencillo no es, pero contamos con un gran equipo de profesionales formados en el bienestar emocional de nuestros alumnos. Este centro es pionero. Llevamos más de 20 años trabajando la inteligencia emocional, cuando todavía ni se hablaba de ello”.

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

Chumilla recuerda con cariño a las orientadoras y docentes que impulsaron esa línea, “quiero destacar a Águeda, nuestra orientadora durante muchos años, y a todo el equipo que ha estado continuamente formándose, incluso en su tiempo libre, siempre en beneficio de los niños”.

La clave, añade, está en la prevención y la escucha. “Sabemos que los conflictos van a existir. Lo importante es dotar a los alumnos de las herramientas para resolverlos de la manera adecuada. No se trata de negar que existan, sino de enseñarles a gestionarlos. Hay que escuchar siempre y ponerse en la piel del otro”.

Programas de mediación y acogida

Desde el Departamento de Orientación, Nati Roca explica el entramado de apoyos que hace posible esa convivencia. “Formo parte de una pieza más del engranaje, coordinado con el equipo directivo. Tenemos aulas de compensatoria, de acogida, programas de embajadores y mediadores, y una relación constante con recursos externos. Todos trabajamos por la convivencia, con el alumnado como centro de todo”.

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

Cuando un alumno llega nuevo, especialmente si no domina el idioma, se activa todo un proceso de acogida. Chumilla explica “ayer mismo recibimos a un chico de cuarto de la ESO que no conoce el idioma. Lo primero que hacemos es recibirlo, enseñarle el instituto, hablarle en su lengua con ayuda de traductores o compañeros, y derivarlo al aula de acogida, donde recibe más de 17 horas semanales de castellano”.

Las docentes aseguran que hay muchos casos de éxito.

“Hemos tenido alumnas que llegaron en cuarto de la ESO sin saber español, repitieron curso y en dos años lograron titular, hacer un grado medio e incluso acceder a un grado superior”, cuenta Chumilla.

Y parte de ese mérito es de los embajadores, alumnos veteranos que ayudan a quienes llegan. Una de ellas es Inas, de 16 años, nacida en Torre Pacheco e hija de padres marroquíes. “Intento ayudar con lo que pueda, traducir con compañeros cuando llegan nuevos y tienen que adaptarse. Es un proceso difícil, pero intentamos que se sientan acompañados desde el primer día”.

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

Inas participa además en actividades de mediación y convivencia “El centro nos apoya con charlas, tutorías y actividades. Lo mínimo que puedo hacer es devolver esa ayuda. Se puede compaginar estudiar con ayudar, y sienta bien saber que haces algo positivo por los demás”.

Diversidad que enriquece

Inas asegura que en su instituto la diversidad no divide, sino que une. “Cuando se acercan festividades de otras culturas, dedicamos una clase a aprender lo que hacen nuestros compañeros. Nos gusta conocer sus tradiciones, su comida, sus historias. Es una diversidad que hay que apreciar, que se tiene que valorar un montón. No todo el mundo puede entender otras culturas sin necesidad de viajar”.

Y con una madurez sorprendente, deja una reflexión final. “En vez de rechazar la diversidad, hay que apreciarla. Se puede convivir bien, todos uno con uno. No hay diferencia entre religión, cultura o idioma”.

Después del conflicto, más unidos

El curso ha comenzado con serenidad, después de los disturbios ocurridos en Torre Pacheco el pasado verano. Tanto profesores como alumnos coinciden en que la convivencia ha salido reforzada.

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

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Inas lo resume así. “Pensaba que iba a seguir habiendo rencor, pero nada. Han disminuido los conflictos, y la relación entre todos ha mejorado”.

María Luisa Chumilla asegura que “estábamos algo tensionadas en septiembre, pensábamos que lo del verano nos pasaría factura… y no ha pasado nada. Los alumnos vinieron al centro como todos los años. Los conflictos que surgen no suelen ser por motivos culturales o religiosos, sino por cosas del día a día”.

La directora del centro explica que “hay que poner sobre la mesa lo que se hace bien. Si solo hay noticias negativas, lo único que haces es perjudicar. Igual que se contagia la buena vibra, también se contagia la mala. Hablar en positivo ayuda a mejorar”.

Un instituto que enseña más que materias

El alumno Miguel Ángel Roca, de FP, afirma que “en mi clase hay magrebíes y ucranianos, y nos llevamos todos muy bien. Aprendemos unos de otros. Somos una gran familia”.

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración

El IES Gerardo Molina de Torre Pacheco, un laboratorio real de integración / SER

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Y así, con naturalidad y orgullo, este instituto de Torre Pacheco demuestra que la educación no solo enseña matemáticas o historia, sino también a convivir, comprender y crecer juntos.

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