Cumpleaños feliz… o el tsunami de felicitaciones que no nos deja vivir
En Hoy por Hoy Murcia, Miguel Ángel Hernández y Paco Sánchez abren el debate sobre el estrés que generan las felicitaciones masivas en redes y grupos de WhatsApp. ¿Solución? SMS, en persona… o mejor ninguna

'Querido viernes' abre el melón sobre el agobio de cumplir años en la era digital
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Murcia
Cumplir años ya no es lo que era. Antes bastaba con soplar las velas y aguantar el "cumpleaños feliz" desafinado de la familia. Hoy, tu móvil se convierte en un centro de operaciones: WhatsApp arde, Instagram te etiqueta, Facebook te recuerda que eres un año más viejo y hasta LinkedIn se apunta a la fiesta. ¿Resultado? Un día que debería ser de celebración se convierte en una maratón digital que ni el mejor community manager querría gestionar.
Este viernes, en el espacio 'Querido viernes' de Hoy por Hoy Murcia, el escritor y catedrático de Historia del Arte Miguel Ángel Hernández y el conductor del programa Paco Sánchez han lanzado una propuesta revolucionaria: regular las felicitaciones. Sí, como lo lees. "Que vuelvan los SMS, que cuestan dinero, o que sea en persona. Y si no… ¡mejor no felicites!", bromeaba Hernández, harto de que los grupos de amigos, trabajo y familia se conviertan en hogueras virtuales cada vez que alguien cumple años.

Paco Sánchez (izq.) y Miguel Ángel Hernández (drcha.) en plena conversación sobre las 'temidas' felicitaciones de cumpleaños.

Paco Sánchez (izq.) y Miguel Ángel Hernández (drcha.) en plena conversación sobre las 'temidas' felicitaciones de cumpleaños.
Porque la cosa no queda ahí: hay quien felicita por WhatsApp, luego por Instagram, después te llama y, por si acaso, te lo dice en persona. "Es un bucle infinito", comentaba Paco entre risas. Ambos coincidieron en que el fenómeno merece estudio sociológico… o al menos un manual de supervivencia para el cumpleañero.
Y ojo, que aunque hace ilusión que se acuerden de ti, hay que pensar que el protagonista del día se enfrenta a una auténtica carrera de fondo: responder mensajes mientras trabaja, cuida de su familia o estudia. Un estrés que también se pone de manifiesto en otras fechas señaladas, como la Navidad, cuando el aluvión de felicitaciones hace que te atragantes en la cena de Nochebuena o mientras te estás comiendo las 12 uvas intentando cumplir con tus familiares, amigos o incluso desconocidos que, por algún motivo, guardan tu número de teléfono.
Así que ya sabes: si me queréis, no felicitarme.




