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Los ministros de Defensa de la UE abordan la incorporación de Finlandia y Suecia a la OTAN con Rusia en contra

Los mandatarios de la UE se reúnen en Berlín para coordinar más apoyo militar a Ucrania y ayuda financiera, así como las adhesiones a la OTAN

ANGELOS TZORTZINIS

Madrid

Los ministros de Defensa de los países de la Unión Europea que pertenecen a la OTAN se reúnen este sábado y domingo en Berlín en una cumbre informal en la que tratarán cómo seguir coordinando el apoyo militar a Ucrania frente a la agresión rusa, con el debate sobre la adhesión de Suecia y Finlandia en plena efervescencia.

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La cita convocada por la ministra de Exteriores germana, Annalena Baerbock, contará con la presencia del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una nueva señal de unidad de los aliados para mantener el envío de armas a Ucrania y movilizar ayuda financiera ante el escenario de una guerra larga, en la que la continuidad de los suministros se plantea clave. No acudirá a la cumbre el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, convaleciente por coronavirus y que seguirá la reunión a distancia. Será el secretario general adjunto, Mircea Geoana, el encargado de presidir el encuentro y ofrecer declaraciones a la prensa al término.

Esta reunión llega después de que el Ejecutivo alemán se haya abierto finalmente a enviar carros de combate a Kiev, atendiendo las peticiones del ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, que la última vez que se reunió con los aliados en abril solicitó más armamento pesado a los miembros de la OTAN. Igualmente, se espera que en la capital alemana se aborden temas relacionados con la cumbre de junio en Madrid, donde los miembros de la Alianza Atlántica adoptarán un nuevo concepto estratégico, la 'hoja de ruta' para la próxima década.

Además esta semana ha ganado protagonismo la adhesión de Finlandia y Suecia a la organización, después de que las autoridades finlandesas hayan apoyado oficialmente el ingreso del país en la OTAN. Esta opción, muy improbable hace unos meses pero que la agresión rusa contra Ucrania ha puesto sobre la mesa, dominará la reunión informal de ministros, que en la cena del sábado recibirán a los responsables de Exteriores de ambos países nórdicos.

No se espera que de esta cumbre salgan decisiones formales, pero sí que los ministros sueco y finlandés informen de cómo está el proceso interno e intercambien opiniones con el resto de aliados. La OTAN ha prometido garantías de seguridad para ambos países nórdicos si terminan dando el paso y solicitan su entrada en la alianza militar, ya que el trámite para ingresar puede demorarse hasta finales de 2022, unos meses en los que no podría invocarse la cláusula de defensa mutua y Finlandia y Suecia quedarían desprotegidos ante represalias de Rusia.

Rusia no ve motivos para que se unan

En Rusia no ven la propuesta con buenos ojos y aunque el viceministro de Relaciones Exteriores del país ha asegurado que "no tiene intenciones hostiles" hacia Suecia y Finlandia, no ve motivos para que se unan a la OTAN. Asimismo, ha señalado que la respuesta a la unión de los dos países a la Alianza Atlántica "dependerá de la infraestructura que la OTAN desplegaría en esos países".

Además, Rusia ha alertado sobre el posible despliegue por parte de la OTAN de armas nucleares en Finlandia y Suecia, una vez ambos países ingresen eventual y formalmente en la Alianza Atlántica. "Surgen muchas preguntas sobre la renuncia de esos países al estatus nuclear", ha comentado a la prensa Alexandr Grushkó, viceministro de Exteriores ruso.

Asimismo, ha subrayado que la ampliación aliada también suscita dudas sobre "las garantías nucleares negativas" para ambos países escandinavos, que esperan ingresar en el bloque occidental en la cumbre aliada de junio en Madrid. "Basta con mirar al mapa para entender qué importancia tiene la ampliación aliada para los intereses de seguridad de la Federación Rusa", ha destacado.

Y ha admitido que, por el momento, la Alianza Atlántica no ha modificado su política nuclear, pero su secretario general, Jens Stoltenberg, sí ha afirmado que "las armas nucleares pueden ser emplazadas más cerca de la frontera de Rusia y los dirigentes polacos aseguraron que están dispuestos a recibirlas". "Si esas declaraciones se confirman en la práctica, por supuesto, habrá que reaccionar con la adopción de medidas de prevención que garanticen una disuasión segura", ha advertido el diplomático.

Militarización del Ártico

Moscú reaccionaría no sólo al despliegue de armamento nuclear estadounidense, sino también a la creación de la infraestructura necesaria para su empleo. "El ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN es un cambio estratégico. Este cambio no puede quedarse sin una reacción política y también sin un detenido análisis sobre las consecuencias de la nueva configuración de fuerzas que pueden formarse como resultado de la nueva ampliación de la Alianza", ha señalado. Eso sí, ha insistido en que se analizarán "todos los factores" que influyan en la seguridad en la región y matizó que las correspondientes decisiones no serán precipitadas.

Pese a la actual intervención militar rusa en Ucrania, consideró "imposible" sospechar de intenciones hostiles por parte de Rusia contra Finlandia y Suecia, acusaciones que relacionó con los intentos de "demonizar" Rusia desde el punto de vista político y militar. "Nos podemos imaginar cómo se desarrollarán los acontecimientos. Cuando se formalice el ingreso, los países de la OTAN anunciarán inmediatamente que el flanco norte es muy vulnerable, que la frontera con Rusia aumentó en 1.300 kilómetros y que hay que defender esa frontera, hay que desplegar allí un contingente adicional", ha precisado.

Además, se ha mostrado convencido de que la adhesión finlandesa no fortalecerá ni la seguridad militar de la OTAN ni la del país vecino, que mantuvo siempre una relación privilegiada con el Kremlin desde tiempos soviéticos. "Es muy evidente para cualquier persona con sentido común que el resultado será totalmente el contrario, la seguridad militar de Finlandia se debilitará considerablemente", ha señalado.

Tampoco ha descartado una "militarización" del Ártico -Noruega es miembro de la OTAN desde su fundación en 1949-, cuando Moscú defiende que el componente militar en esa región debe ser "mínimo". Nada más anunciar Helsinki sus planes de ingresar de manera inminente en la OTAN, Moscú advirtió que adoptará medidas "técnico-militares", ya que dicha decisión amenaza la seguridad de Europa al abrir un nuevo flanco aliado en el norte del continente.

El G7 advierte: no reconocerá un cambio de fronteras por la fuerza

Los ministros de Exteriores del G7 han advertido este sábado en un comunicado conjunto tras su reunión en Berlín que nunca reconocerán un cambio de fronteras impuesto por la fuerza, como lo está intentando Rusia con su agresión a Ucrania.

"No reconoceremos un cambio de fronteras que Rusia ha tratado de imponer a través de la agresión", dice el comunicado. La ministra alemana, Annalena Baerbock, ha reiterado esa postura en la conferencia de prensa de cierre de la reunión y ha dicho que "el cambio de fronteras que Rusia quiere imponer con la guerra no será reconocido nunca".

Asimismo, Baerbock ha precisado que la actitud que tenga la comunidad internacional en estos momentos será decisiva para el futuro. "Lo que hagamos o lo que dejemos de hacer ahora definirá nuestras relaciones en el futuro", ha sostenido.

Por otro lado, la ministra alemana ha avanzado que el G7 establecerá un mecanismo para desenmascarar la propaganda rusa, especialmente allí donde está tenga "un suelo fértil".

 
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