En busca del faro del fin del mundo
Hablamos de faros con Jacinto Antón
Faros de ayer, de hoy y de siempre
22:01
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Madrid
Los faros se construyeron, y se construyen, para guiar a los barcos y evitar que estos sufran accidentes cuando se acercan a la orilla. Lo que pasa es que no siempre cumplen su cometido como en el caso de la historia que cuenta nuestro antropólogo inocente. El faro de Chipiona no le sirvió a su hermana y a su cuñado para evitar el accidente de “La Perla Negra”, el barco en que navegaban y que quedó encallado en la desembocadura del Guadalquivir.
Visitamos algunas de estas misteriosas y majestuosas edificaciones en compañía de José Luis González Macías, autor de “Breve atlas de los faros del fin del mundo” (Menguante). Uno de ellos es el que se inspiró Julio Verne para escribir una de sus últimas novelas: el de San Juan de Salvamento, en el extremo meridional de Argentina, en uno de los lugares más peligrosos para la navegación en el mundo.
Otro de los faros que aparece en el libro es el de Robben Island, la isla en la que estuvo preso durante décadas Nelson Mandela. Hay una relación secular entre las prisiones en islas y los faros. En Robben los británicos edificaron una cárcel, que más tarde fue lazareto, y terminó convirtiéndose en el edificio en el que el apartheid recluyó a Madiba.
Uno de los faros españoles que aparece en el libro de González Macías es el de las Islas Columbretes, cerca del litoral de Alicante. Es este un faro que va acompañado de muchas leyendas (algunas tal vez no lo sean), que van desde la presencia de piratas hasta el canibalismo.