La reunión de los ministros de Exteriores de la Unión Europea ha concluido este lunes sin acuerdo para embargar la energía rusa ni para imponer nuevas sanciones a Rusia. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, ha lamentado que la UE siga sin contar con el consenso necesario para aprobar el embargo al petróleo, por las reticencias de Hungría, que reclama más garantías para cortar el suministro. En declaraciones después de reunirse con los ministros de Exteriores del bloque en Bruselas, Kuleba ha asegurado que percibe un «apoyo claro» al sexto paquete de sanciones, que incluye el embargo al crudo ruso, a excepción de un país. «No es un exageración que solo hay un país que continúa bloqueando la inclusión del embargo al petróleo. La UE tendrá que abordar sus preocupaciones y hacer que suceda», ha señalado. A su juicio, con este retraso es la propia «reputación» de la UE lo que está en juego, aparte de su unidad, algo que ha indicado que hay que preservar a toda costa- «No se puede romper la UE, tiene que seguir la unidad y tomar decisiones que acomoden los intereses de todas las partes», ha comentado el ministro ucraniano ante la prensa. Kuleba ha evitado responder a Hungría, que mantiene el bloqueo al acuerdo desde hace días, afirmando que es la UE la que debe mandar un mensaje a Viktor Orban. «Es su decisión, yo no puedo obligarle a tomar una medida u otra», ha indicado, insistiendo en que la cuestión debe resolverse en el seno de la UE. No obstante, ha afirmado que el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, está mostrando liderazgo para desbloquear la cuestión y ha agradecido que varios Estados miembros se han comprometido a estudiar un nuevo paquete de sanciones en cuanto se apruebe la sexta ronda. En este sentido, Kuleba ha asegurado que las próximas sanciones deben dar un paso más contra la estructura económica rusa. «Hay que matar las exportaciones rusas», ha resumido. «Mientras Rusia exporte petróleo, gas, acero y otras materias tendrá dinero para financiar la guerra. Tenemos que privar a Putin de dinero», ha recalcado, para explicar que pese a la respuesta de Occidente, «sufre más la economía ucraniana por la guerra, que la economía rusa por las sanciones». Kuleba ha insistido a los ministros que aprueben el veto y ha criticado que durante la guerra esté «pagando por partida doble», comprando energía a Moscú y financiando el envío de armas a Kiev. «La UE está pagando por partida doble. Primero apoyando a Ucrania y luego pagando a Rusia, y después tiene que volver a pagar por la destrucción del territorio ucraniano por las armas rusas. Así no es como debería funcionar», ha dicho Kuleba a su llegada a la reunión que los ministros de Exteriores europeos celebran hoy en Bruselas. «Sancionar el gas y el petróleo ruso va en el mejor interés de Europa, no solo de Ucrania», ha asegurado el jefe de la diplomacia ucraniana. Mientras tanto, Rusia continúa atacando ciudades ucranianas, aunque después de que las tropas rusas retrocedieran hacia la frontera de su país en la región de Járkov, Ucrania se está preparando para nuevos ataques en el Donbás, donde Rusia se centra -por estrategia o dificultades en Donetsk- en la zona de Lugansk, en la que controla ya el 90 % del territorio. «Nos estamos preparando para nuevos intentos de Rusia de atacar el Donbás y para intensificar de alguna manera su movimiento en el sur de Ucrania», ha señalado el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. El mandatario ha dicho que «los ocupantes todavía no quieren admitir que están en un callejón sin salida y que su llamada operación especial ya ha fracasado». Las fuerzas rusas continúan un esfuerzo coordinado desde el norte y sur para tomar Severodonetsk, según el gobernador de Lugansk, Serhiy Gaidai. «Los rusos no pueden superar a la defensa de Lugansk, por lo que cada día que pasa reducen sus objetivos. Ahora el objetivo número uno son las ciudades libres de la región, en particular Severodonetsk», ha señalado Gaidai. Así, ha confirmado que Rusia ha enviado 2.500 equipos militares hacia la zona, al tiempo que aseguró que Severodonetsk está protegida pese a los intentos rusos de rodear el centro regional. En los pueblos de las afueras de la ciudad los ucranianos están repeliendo el ataque, por lo que los rusos «se están retirando, aunque no se detienen», según el gobernador. Las fuerzas rusas centran sus esfuerzos en particular en tomar la carretera que va de Bajmut, en la región de Donetsk, a Lisichansk, en la de Lugansk, para hacer una pinza en torno a los soldados ucranianos en Rubizhne, Severodonetsk y Lisichansk. Todo ello no significa, sin embargo, que Rusia haya dejado de atacar en Donetsk, donde no ha registrado grandes éxitos salvo la toma casi total de Mariúpol que le da acceso al mar de Azov y le permite unir la ciudad a través de Berdiansk y Melitópol con Jersón. El Ministerio de Defensa de Rusia ha informado este lunes de un acuerdo para evacuar a combatientes ucranianos heridos que se encuentran atrincherados desde hace semanas en la acería de Azovstal, de la ciudad portuaria de Mariúpol. «El 16 de mayo como resultado de negociaciones con los representantes de los militares ucranianos bloqueados en el territorio de la planta metalúrgica de Azovstal se llegó a un acuerdo para la evacuación de heridos», dice un comunicado de Defensa sin precisar el número. Agrega que en la actualidad se ha implantado un alto el fuego en la zona y se ha abierto un corredor humanitario por el que los militares heridos son sacados y «trasladados a un centro médico en Novoazovsk en la república popular de Donetsk, donde se les brindará toda la asistencia necesaria». La viceprimera ministra para la Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania, Iryna Vereschuk, dijo la semana pasada que en la acería se encuentran entre 500 y 600 militares heridos, pero que las partes estaban negociando por el momento la evacuación de los «más graves», que ella cifró en 38 personas. «Ahora mismo negociamos (la salida) de 38 heridos graves. Vamos paso por paso», explicó al tiempo de calificar de muy difíciles las conversaciones, ya que Moscú se niega a negociar la evacuación de todos los combatientes miembros del batallón nacionalista Azov. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, confirmó anoche que las «complejas y delicadas» conversaciones sobre la evacuación de los militares de la acería continuaban «a diario». «Lo importante es que los acuerdos se respeten», dijo en una alocución. Este lunes un comandante de las milicias separatistas prorrusas de Donetsk aseguró que las fuerzas rusas negocian con soldados ucranianos en el territorio de la acería de Azovstal. Según el comandante del batallón Vostok de la autoproclamada república de Donetsk, Alexandr Jodakovski, nueve soldados ucranianos han salido este lunes de la asediada metalúrgica para demandar negociaciones.