El rey Juan Carlos ha hecho lo que le ha dado la gana

Después de cuatro días en España, hoy, finalmente, el rey emérito se verá con la familia. Para esta mañana está previsto el encuentro entre Juan Carlos, el rey Felipe VI, la reina Sofía y otros miembros de la familia, todavía por precisar. Primera y única reunión familiar, tras dos años fuera de España, y después de tres días de exhibición desacomplejada del monarca emérito.

Tan desacomplejada ha sido su exposición pública, y tan provocadora, a la vez, que ayer una periodista le lanzó al aire la pregunta que no se la ha podido hacer en condiciones: "¿Le va dar algún tipo de explicaciones a su hijo?". Y la respuesta breve y contundente: "Explicaciones, ¿de qué?", y soltó una sonora carcajada. El rey Juan Carlos no cree que su comportamiento merezca ningún tipo de explicación, ni a su familia ni, por supuesto, a los españoles. Hemos estado especulando ingenuamente desde que supimos de su visita sobre si hablaría, dónde, cuándo, que diría, si mantendría un perfil bajo, sobre todo, para no generar problemas a su hijo, actual monarca, ni a la institución. Pero después de tres días ya podemos decir que el rey Juan Carlos ha hecho lo que le ha dado la gana, lo que viene haciendo durante pedir, aunque amparado, en buena parte de este tiempo, por un silencio político y mediático que ha favorecido su comportamiento y que le ha llevado a esta convicción de que él no ha hecho nada por lo que tenga que dar explicaciones, de nada ni a nadie, y menos pedir disculpas, que ya lo hizo una vez por haberse ido a cazar elefantes con su amante en lo peor de una crisis económica.

Entonces le escuchamos decir aquello de 'lo siento mucho, me he equivocado, no lo volveré a hacer'. Por defraudar a Hacienda, por cobrar comisiones, por esconder dinero en paraísos fiscales, por todo esto no cree el emérito que necesite pedir disculpas. Y luego está la corte de palmeros, no los anónimos, me refiero a los palmeros institucionales y mediáticos, blanqueando el comportamiento de Juan Carlos sin ser conscientes, o sí, del daño que hacen a la monarquía, cuyo titular pretendía, exactamente todo lo contrario. Ayer mismo el nuevo líder del PP, Alberto Nuñez Feijóo decía que criticar al emérito es cuestionar la Constitución. Es evidente que el PP necesita repasar el texto constitucional, se lio con los nacionalismos y ahora se lía con la monarquía.