"Cuando Jesús Rollán necesitaba ayuda para el tratamiento psicológico y de adicciones, Iñaki no podía atenderle al teléfono"
"Compró el traje para la boda de Urdangarín y la infanta Cristina, pero no le invitaron", cuentan Francisco Ávila y Alberto Martínez, autores de 'Jesús Rollán, eterno'.
"Urdangarin ignoraba a su compañero": Francisco Ávila y Alberto Martínez hablan del eterno Jesús Rollán
Con motivo de la publicación de 'Jesús Rollán, eterno', Hoy por Hoy ha recordado la figura del exportero de la selección española de waterpolo. Los escritores del libro, Francisco Ávila y Alberto Martínez, nos han acercado un poco más a la figura de Jesús Rollán.
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De hecho, han desvelado una de sus grandes decepciones. "Jesús y la infanta Cristina se conocen en la residencia Blume, donde residen. Jesús entabla una relación con la Infanta porque va a haber los partidos, se relaciona con ese grupo de amigos... Quien presenta a Urdangarín y la infanta es Jesús Rollán. La relación entre los tres era cordial", han comenzado.
Así, han explicado: "Jesús compró el traje para la boda de sus dos amigos, pero se quedó colgado en el armario porque no le invitaron. Nos cuentan que cuando necesita ayuda en la parte final de su carrera para hacer frente al tratamiento psicológico y de adicciones, Iñaki está ocupado y no podía atenderle al teléfono".
"Después, el COE, por medio de Alejandro Blanco tomó las riendas de la situación y ayudó a Jesús y la familia", han añadido.
"Decía que la portería era su responsabilidad"
La presentación de 'Jesús Rollán eterno, vida y muerte de una leyenda' reunió este lunes, durante su presentación en Barcelona, a los mejores porteros de la historia del waterpolo español a modo de homenaje al malogrado meta madrileño.
Y es que al acto, celebrado en la 'Casa del Libro' , asistieron los porteros internacionales Ángel Andreo, Iñaki Aguilar, Daniel López Pinedo, Unai Aguirre, Laura Ester y Ana Copado.
Ballart, otro de los que compartió durante muchos años vestuario con Jesús Rollán, destaca la incidencia que tenía el mejor portero de la historia en el balance defensivo de aquel equipo: "Decía que la portería era su responsabilidad, que parar era su trabajo y no quería que le ayudásemos".
Así lo recuerda también Payà, quien explica que él, como defensor de boya, era el que más tenía que comunicarse con Rollán dentro del agua, como ambos bromeaban durante los partidos.
"Yo le decía que me pegaba con boyas de dos metros y que acaban rematando mal, porque llegaban asfixiados, y él ya no tenía que hacer nada. Y Jesús me contestaba que quien no hacía nada era yo, que era él quien tenía que sacar la pelota cuando se colaba por la escuadra. Y tenía razón", resume con una sonrisa.