La Organización Mundial de la Salud (OMS) instó este viernes a los países a incluir el apoyo a la salud mental en su respuesta a la crisis climática porque el calentamiento global plantea graves riesgos en ese ámbito sanitario. Así se recoge en un informe de políticas de salud mental y cambio climático de la OMS, hecho público este viernes en el encuentro Estocolmo+50, auspiciado por la ONU y en el que líderes mundiales y representantes de gobiernos, empresas, organizaciones internacionales, sociedad civil y jóvenes celebran el 50º aniversario de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, que tuvo lugar en esa ciudad sueca en 1972 y fue la primera cumbre mundial que consideró el medio ambiente. El informe, difundido antes de que este domingo se celebre el Día Mundial del Medio Ambiente, indica que la salud mental es una prioridad para la acción sobre el cambio climático y aporta cinco enfoques para que los gobiernos aborden los impactos climáticos en la salud mental. Un reciente informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), publicado el pasado mes de febrero, revela que el rápido aumento del cambio climático plantea una amenaza creciente para la salud mental y el bienestar psicosocial, desde la angustia emocional hasta la ansiedad, la depresión, el duelo y comportamientos suicidas. “Los impactos del cambio climático son cada vez más parte de nuestra vida diaria y hay muy poco apoyo dedicado a la salud mental para las personas y las comunidades ante los peligros relacionados con el clima y los riesgos a largo plazo”, recalcó María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Ambientales y Sociales de la Salud de la OMS. Según esta agencia de la ONU, los impactos del cambio climático en la salud mental se distribuyen de manera desigual en ciertos grupos desproporcionadamente afectados en función de factores como la situación socioeconómica, el estado, el sexo y la edad. Sin embargo, el cambio climático afecta a muchos de los determinantes sociales que ya están conduciendo a cargas globales de salud mental. Una encuesta de la OMS indicaba el año pasado que sólo nueve de 95 países analizados habían incluido la salud mental y el apoyo psicosocial en sus planes nacionales de salud y cambio climático. “El impacto del cambio climático está agravando la ya extremadamente situación desafiante de la salud mental y los servicios de salud mental a nivel mundial. Hay casi 1.000 millones de personas que viven con problemas de salud mental, pero, en países de bajos y medianos ingresos países, tres de cada cuatro no tienen acceso a los servicios necesarios”, sentenció Dévora Kestel, directora del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS. El nuevo resumen de políticas de la OMS recomienda cinco enfoques para los gobiernos con el fin de abordar los impactos del cambio climático en la salud mental: integrar las consideraciones climáticas con los programas de salud mental, integrar el apoyo a la salud mental con la acción climática, construir sobre compromisos globales, desarrollar enfoques basados en la comunidad para reducir las vulnerabilidades y cerrar la gran brecha de financiación que existe para la salud mental y apoyo psicosocial. “Los Estados miembro de la OMS han dejado muy claro que la salud mental es una prioridad para ellos. Estamos trabajando en estrecha colaboración con los países para proteger la salud física y mental de las personas de las amenazas climáticas”, subrayó Diarmid Campbell-Lendrum, responsable de la Unidad de Cambio Climático de la OMS. El informe aporta buenos ejemplos de cómo se puede hacer esto, como en Filipinas, que ha reconstruido y mejorado sus servicios de salud mental tras el impacto del tifón Haiyan en 2013, o en India, donde un proyecto nacional ha reducido el riesgo de desastres en el país al tiempo que prepara a las ciudades para responder a los riesgos climáticos y abordar las necesidades psicosociales y de salud mental.