Una ferretería común con cosas poco comunes

Cómo buscas un tornillo o una herramienta que no sabes que existe. Una ferretería, como la que la familia de Juan Carlos regenta, es la que soluciona este tipo de problemas. Lo tienen todo. En un caos tan ordenado que parece increíble que sepan exactamente dónde encontrar lo que le pides. Esas herramientas que Juanjo define como la extensión de un brazo y que está convencido de que existe una para cada necesidad.

José Luis y María del Mar son ferreteros de toda la vida, comenzaron con un puesto en el mercadillo de Entrevías y después se hicieron con la tienda en la que estaba empleado él. Años más tarde sus hijos, Juan Carlos y José Luis, siguen con la tradición pero un poquito más moderna. Muestran su mercancía y explican las novedades que les llegan en su canal de Youtube y en vídeos de Tik Tok que al padre le gusta ver pero no protagonizar.

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Durante el recorrido se mezclan ruidos como el de la máquina de hacer llaves, las cajas de tacos o los cajones repletos de bisagras, con los olores típicos del hierro y de la grasa. A Juanjo todo le recuerda al taller de su padre y a todas esas veces que se iba a Sirera a comprar tornillos. Tacos no, que esos los hacía su padre de madera. Saltan a la vista cajas con tijeras para abrir huevos de codorniz al lado de cerraduras electrónicas perfectas para pisos turísticos. Objetos artesanales cuya utilidad somos incapaces de adivinar o un estuche de ganzúas por si te dejas las llaves dentro de casa. La mayor colección de pomos y tiradores para puertas que te puedas imaginar pero que ya casi nadie pide porque sale muy caro restaurar un mueble antiguo.

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Es posible que las ferreterías sean los negocios que mejor aguanten el paso del tiempo y el empuje de las grandes superficies o del omnipresente Amazon.