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Boris Johnson salva la moción de censura interna con 211 votos, pero deja a los 'tories' muy divididos: 148 diputados votaron en su contra

El 59% de votos de apoyo a Boris Johnson es inferior al 63% conseguido por Theresa May en 2018 y que no evitó que la entonces primera ministra acabara dimitiendo medio año después

Madrid

El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha salvado este lunes la moción de censura interna a la que ha sido sometido después de que el Partido Conservador recibiera esta mañana el número de peticiones necesarias para poner en marcha este procedimiento, en medio de las crecientes críticas contra él por el conocido como Partygate.

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Johnson ha conseguido superar la barrera de 180 votos necesarios para mantener la confianza de los 'tories', pero se queda tocado tras recibir 148 votos en contra (de un total de 359), lo que augura unos próximos meses con un Partido Conservador dividido en dos.

Con esta victoria de Boris Johnson, los conservadores no podrán volver a convocar una votación de estas características contra él en el próximo año, según las actuales normas de la formación.

Los 211 votos de apoyo a Boris Johnson corresponden a un 59% del total de los diputados 'tories' que conforman el partido, un resultado peor que el logrado por Theresa May en su moción de confianza interna en 2018. La entonces primera ministra logró un 63% de los apoyos, pero eso no evitó que presentara su dimisión medio año después.

También ha salido peor parado que otros ex líderes conservadores, como Margaret Thatcher o John Major, que afrontaron rebeliones internas. Para todos ellos, la votación fue el principio del fin. Para Johnson, sin embargo, estos datos reflejan un resultado "decisivo" y "convincente", que permitirá a su Gobierno pasar página del escándalo de las fiestas.

"Lo que debemos hacer ahora es unirnos, como gobierno y como partido", para "centrarnos en las cosas que creo que realmente le importan a la gente", ha dicho tras conocer el resultado de la moción.

Tras la victoria de Boris Johnson, miembros de su gobierno han salido a celebrar el fin de la moción de confianza. El primero ha sido el ministro de Educación, Nadhim Zahawi, que ha afirmado que el 'premier' ha ganado la moción con una diferencia "generosa" y que ya es hora de poner fin a los debates sobre su futuro. “El primer ministro ha ganado con creces. Creo que lo importante que hay que recordar es que solo podemos cumplir si estamos unidos. Espero que podamos dejar esto atrás”, ha dicho Zahawi a Sky News.

El líder del Partido Laborista, Kier Starmer, no se ha hecho esperar con su reacción a la votación del los 'tories' y ha criticado la división interna en el partido del Gobierno. "La elección es más clara que nunca: conservadores divididos apoyando a Boris Johnson sin un plan para abordar los problemas a los que se enfrentan, o un Partido Laborista unido con un plan para solucionar la crisis del coste de vida y restaurar la confianza en la política".

La primera ministra proindependentista de Escocia, Nicola Sturgeon ha afirmado que este es el "peor" resultado para los conservadores. "En un momento de gran desafío, cargan al Reino Unido con un primer ministro absolutamente cojo. Y para Escocia, simplemente quiero subrayar el déficit democrático: solo 2 de los 59 diputados (de Escocia) tienen confianza en el primer ministro".

Johnson necesitaba al menos 180 votos para continuar liderando el partido y el Gobierno. Si hubiera perdido la moción, se habría iniciado un proceso para celebrar unas primarias conservadoras en las que se habría elegido a su sucesor.

Jornada frenética

A primera hora de la mañana del lunes, el presidente del Comité 1922 (que agrupa a los diputados conservadores sin cartera), Graham Brady, confirmó que más del 15 % de parlamentarios "tories" habían pedido la votación de censura. El informe de la alta funcionaria Sue Gray sobre las fiestas en Downing Street y los abucheos que recibió el primer ministro por parte del público en uno de los actos del Jubileo de Isabel II acabaron de rebosar el vaso de la paciencia.

De inmediato los aliados de Johnson en el Gobierno salieron a demostrarle su apoyo, mientras que algunos rebeldes anunciaban su dimisión o su voto en contra. El insurrecto más destacado fue el exministro de Exteriores y de Sanidad Jeremy Hunt, quien es visto como la alternativa más clara a Johnson en caso de que éste finalmente deje el cargo. "La decisión de hoy es cambiar o perder. Yo votaré por el cambio", escribió Hunt en su cuenta de Twitter. El ahora presidente de la comisión parlamentaria de Sanidad considera que los "tories" van rumbo de perder las próximas elecciones generales.

Mientras, en su último esfuerzo por ganarse el apoyo de sus diputados, Johnson los reunió a puerta cerrada antes de la votación para dirigirles un discurso. Allí recurrió a la promesa de una bajada de impuestos como recurso para salvar su puesto.

"Este no es el momento para un lento e innecesario drama político y meses y meses de vacilación en el Reino Unido. Es el momento de dejar de mirarnos el ombligo", dijo Johnson a los 'tories'. En su alocución, agitó los temores a un eventual gobierno laborista si era descabalgado del poder, tras acusar al principal partido de la oposición de estar en manos de la Unión Europea y de preparar una alianza con los independentistas escoceses.

Pocas horas después, tras una votación de dos horas, el propio Brady anunciaba que el partido renueva la confianza a Johnson, pero dejando al partido extremadamente dividido.

 
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