Fito se prepara para reinar en San Mamés: “No hay mayor tesoro que escribir una canción”

Bilbao

Al concluir el primer fin de semana del mes de marzo de 2020, las luces de las salas de conciertos, los estadios y los grandes recintos, se apagaron para no volverse a encender en mucho tiempo. Casi dos años después, la música en directo volvía a sonar, tímidamente, aún con restricciones y medidas de seguridad, pero despertando de su largo letargo a una industria que cerca estuvo de quedarse herida de muerte. Muy lejano parecía en los albores de la pandemia que 45.000 personas pudieran reunirse para disfrutar de un concierto. Sin mascarilla y sin distancia de seguridad. Pero aquel horizonte es ya una realidad. Prueba de ello es el concierto que Fito & Fitipaldis ofrecen mañana en un San Mamés que se prevé abarrotado.

Con motivo de ello, La Ventana se ha desplazado hasta el Hotel Gran Bilbao, donde se encuentran reunidos todos los músicos que pisarán mañana el escenario de La Catedral del fútbol. Aunque, en esta ocasión, los goles y los fuera de juego serán reemplazado por los acordes y las melodías. “El fútbol y la música se parecen en la alegría y la emoción que transmiten a una ciudad, aunque a lo mejor la música este año genera más alegría que el fútbol”, ironiza Fito.

Un concierto rodeado de amigos

Lo que ahora vuelve a ser la norma, hace dos años era tan anhelado para los artistas como para el gran público: “En la pandemia nadie podía ser feliz, ahora ves a la gente sin mascarilla y transmite alegría”, comenta el artista. “Es la reafirmación de que somos una sociedad, y hemos llegado a ser una sociedad por eso, no por estar aislados en nuestra casa. No digo que no haya sido necesario, pero ha sido una puta pesadilla”.

Y es que colgar el ‘sold out’ en un estadio de las dimensiones de San Mamés no está al alcance, ni mucho menos, de cualquiera. Sólo se explica cuando se comprende el alcance de la influencia de la música de Fito en la sociedad, y el cariño que despierta entre su público y sus compañeros de profesión. Un extremo que confirma Dani Martín, uno de los artistas invitados que hará acto de presencia en el escenario. “Le conozco antes que el a mí, porque desde pequeño le di la lata a mis padres con Platero y Tú”, comenta el cantante, quien en muchas ocasiones ha confesado su debilidad por la primera banda del líder de los Fitipaldis. “Estuve en el mítico concierto de Extremoduro y Platero y Tú en el Palacio de los Deportes. Después, cuando Fito empezó en solitario y yo empecé con El Canto del Loco, nos conocimos y, con el paso del tiempo, nos hemos ido haciendo muy amigos”, añade.

Pero no sólo sus colegas de armas han acompañado a Fito durante el programa. También se han desplazado hasta el Hotel Gran Bilbao viejos amigos como Karlos Arguiñano, creador del concepto “marmifito”, que define como “todo guiso con fundamento”; o figuras de la política como Unai Rementería, Diputado General de Vizcaya y un cargo público muy involucrado en la cultura, quien asegura que “durante la pandemia teníamos una falta de ilusión y emoción”, y que no hay mejor remedio que la cultura para deshacernos de esa dolencia.

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Un disco que rompió la sequía

Este concierto se enmarca dentro de la gira de ‘Cada vez cadáver’, el último disco de estudio de Cabrales, publicado en 2021. Un álbum que nace tras un largo periodo de sequía creativa, y que supone un canto a ese momento en el que se enciende la bombilla y el fantasma de la hoja en blanco desaparece. “Es una sensación necesaria porque luego la recompensa es increíble”, explica Fito, “cuando hago un disco, siempre digo que creo que es el último, y lo digo en serio. Siempre tengo la sensación de que he tenido suerte, que he sido capaz de juntar unas cuantas frases, pero que creo que ya no voy a poder hacer más discos”.

Sin embargo, para alivio de sus seguidores, esa sensación se esfumó una vez más, y el bilbaíno reunió la creatividad necesaria para componer su sétimo trabajo en solitario: “Escuchando un disco de Quique González, de repente me sentí estúpido. Estaba oyendo sus maravillosos textos, y me dije: ‘eres estúpido, no hay mayor tesoro en el mundo que escribir una canción’. Estaba tan agradecido que le escribí una carta. Quiero expresar en mis canciones lo que soy yo, y no siempre lo sabes. La única meta que tengo es expresarme”.