Seguimos la nueva caravana migratoria en México
El periodista Asier Vera recorre la caravana de migrantes de Centroamérica y nos presenta a William, un guatemalteco que está en Chiapas tras una semana recorriendo el país
La caravana migrante
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El lunes salió desde Tapachula, en la frontera con Guatemala, una nueva caravana de migrantes con intención de llegar a la frontera sur de Estados Unidos, a 3.000 kilómetros de distancia. Desde Chiapas, México, el periodista Asier Vera, que está siguiendo la caravana, cuenta que han solicitado a las autoridades mexicanas autobuses para trasladar a los centenares de familias con niños y personas discapacitadas, pero duda que vayan a colaborar.
Algunos esperan también por las “promesas que suele haber de abogados que les dicen que les van a conseguir un salvoconducto de 30 días que pueden permanecer en México libremente sin que les detenga Migración para que les dé tiempo a llegar a Estados Unidos”, explica el periodista.
Vera ha encontrado en esta caravana a personas de veinte nacionalidades diferentes. La mayoría de Guatemala, Honduras y El Salvador, pero también de Nicaragua o Venezuela. “Todas estas personas se encontraban en Tapachula a la espera de que les dieran esa visa humanitaria o el salvoconducto para llegar a Estados Unidos, que es su objetivo real. Pero las autoridades de migración de México están saturadas”, explica.
Aunque llegan con dinero, la situación se alarga y estas familias terminan viviendo en la calle en situaciones “infrahumanas”. Por eso deciden unirse en una caravana para viajar juntos hacia el norte. Pero de las cerca de 7.000 personas que habían iniciado la caravana, solo unas dos mil han podido conseguir el salvoconducto, lo que implica que el resto pueden ser detenidas en cualquier retén, que “son permanentes en las carreteras de México”, y deportadas, según el periodista.
El primer refugio que los migrantes centroamericanos encuentran al cruzar la frontera de México lleva una década dando protección a colectivos vulnerables
Al unirse en una caravana, una iniciativa que surgió en 2018, los migrantes logran esquivar a los grupos criminales y los coyotes que se aprovechan de ellos. “Es la forma más segura y barata de llegar”, porque evitan los pagos a las mafias.
William Mejía, guatemalteco de 30 años, es uno de los integrantes de esta caravana. Hace ya seis años que decidió emigrar a México buscando una vida mejor porque no encontraba un empleo que le permitiera tener un futuro. Allí ha visto la ocasión de unirse al viaje a EE.UU. y lleva una semana de recorrido a sus espaldas. Cuenta que en este punto están “a la deriva” esperando los permisos legales.
Como William, la mayoría de los migrantes han huido por la falta de empleo y la pobreza, otros porque están amenazados en sus países de origen. Dice que lo más complicado de la emigración a México ha sido la búsqueda de empleo. “Incluso mostrando los documentos no te contratan si no eres mexicano”.
El objetivo de William es poder trabajar en Estados Unidos para ayudar a sus hijos en Guatemala a los que dice, sobre todo echa de menos ver crecer a diario. Pero, incluso si llega a cruzar esa última frontera, no lo va a tener fácil. Asier Vera recuerda que el Título 42 que implantó el expresidente Donald Trump en Estados Unidos todavía sigue vigente. Esto implica que cuando los migrantes llegan a Estados Unidos no pueden solicitar asilo y son devueltos a México. A pesar de todo, dice, mantienen la fuerza pese a las difíciles condiciones en las que están viajando.