"La 72", un oasis en la ruta migratoria hacia EEUU
Hablamos con el director de "La 72", el primer refugio que los migrantes centroamericanos encuentran al cruzar la frontera de México y que lleva una década dando protección a colectivos vulnerables que huyen de la violencia y la vuelven a sufrir durante su ruta
Más de 7.000 personas se dirigen hacia la frontera que separa México de EEUU en un éxodo masivo. Lo hacen a pie, subidos a camiones e incluso cruzando ríos a nado. Y en medio del camino, encuentran un pequeño oasis.
“La 72” es un albergue que lleva casi una década dando refugio a los migrantes en la ruta que sigue ahora la caravana de centroamericanos, en su mayoría hondureños, que están entrando en México. Ramón Márquez, director del refugio, lo considera un “desplazamiento forzoso masivo que viene dándose desde hace muchos años”.
Punto de Fuga: La 72, el único refugio para migrantes en la frontera mexicana (27/10/2018)
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Los gobiernos, las situaciones de violencia, la falta de derechos y el empobrecimiento fuerzan a estas personas a abandonar sus países en un “episodio más en el que miles de personas están saliendo de manera invisible”, asegura Ramón, que cree está tomando relevancia internacional por tratarse de “grupos muy grandes y con estas políticas cada vez más restrictivas de cierre de fronteras”, pero no es una crisis nueva.
“La 72” está a 64 kilómetros de la frontera con Guatemala. Atiende cada día a cerca de 300 personas de media, recibe a unas 12.000 o 14.000 personas cada año, y ha visto como en los últimos años “ha cambiado el perfil de las personas que migran”, antes eran más hombres jóvenes, pero cada vez es mayor la presencia de familias completas, madres con varios hijos, personas de diversidad sexual o ancianos, porque “desde 2015 hasta ahora, con estas políticas de cierre de fronteras, detenciones y deportaciones masivas, la gente está buscando algún modelo de protección, están solicitando mucho refugio y se están quedando por periodos prolongados de 6 o 9 meses con nosotros”, explica Ramón. A esto se suma un deterioro más que han observado a principios de este año, y es que “vienen cada vez más niños” y adolescentes no acompañados.
“La 72” le debe su nombre a la memoria de los 72 migrantes secuestrados y masacrados en Tamaulipas en agosto de 2010 por el cártel de los Zetas, “uno de los episodios más trágicos que hemos vivido recientemente en la historia de la movilidad humana en este corredor”, recuerda Márquez, y que sigue impune.
La gente que llega a la casa refugio “viene en condiciones muy críticas”, lamenta, Ramón, porque “están en estatus migratorio irregular, por lo tanto, frente a los operativos constantes de detención y deportación, la gente se va escondiendo, ya no viajan por las rutas tradicionales, van caminando escondidos en la selva y esa invisibilidad los hace mucho más vulnerables al crimen organizado. Es muy frecuente que recibamos víctimas de asaltos con mucha violencia, la violación sexual es muy frecuente también en esta parte de la ruta, y los secuestros”.
El colectivo LGTBI es especialmente vulnerable en Centroamérica, son víctimas de “mucha violencia y persecución” incluso dentro de las propias familias, pero también por parte de las maras. “La 72” es el único albergue para colectivos LGTBI de toda la frontera y están registrando desde el último año a unas 80 personas de este colectivo a su llegada al centro, el doble que en los años anteriores. Por eso han construido un nuevo dormitorio para doce personas en el refugio, que sigue viéndose sobrepasado por la afluencia de gente que “pide protección internacional”.
Ramón Márquez critica la política migratoria de EEUU, que “tiene un enfoque militar y de seguridad nacional, de represión, detención y deportación masiva”, pero también el papel que está jugando México en esta crisis migratoria en la que “está haciendo el trabajo sucio” desde un rol “sumiso”. Márquez recuerda que desde el año 2014, cuando México presenta el programa Frontera Sur de cierre de fronteras, han detenido a más de 600.000 personas de El Salvador, Honduras y Guatemala, de las cuales han deportado al 94%. Más de 100.000 de esos migrantes eran menores de edad. “Desde hace años México se ha convertido en el país que más centroamericanos deporta, por encima de EEUU. Este muro de Trump del que tanto se habla ya lleva vigente desde hace años”. Ahora, Márquez teme que México esté utilizando la frontera sur para obtener tratados comerciales favorables.