Austin Butler: así es la nueva estrella de Hollywood que resucita a Elvis
A sus 30 años y tras más de una década en la industria, se ha convertido en el actor de moda con una interpretación del mito de la música que va más allá de la imitación
Madrid
Austin Butler no soñaba con ser Elvis, sino con convertirse en Leonardo DiCaprio. Con 30 años recién cumplidos se ha convertido ya en estrella de Hollywood y ha trabajado con uno de los directores que configuró la carrera de su ídolo, Baz Lurhmann. El director convirtió a DiCaprio en ídolo juvenil con su versión heterodoxa de Romeo y Julieta y, décadas después, de dio la oportunidad de hacer uno de esos papeles de premio con El gran Gatsby, adaptación de la novela de Scott Fitzgerald. En su último trabajo, ha elegido a Austin Butler, como el mismísimo Elvis.
Hasta ese momento, el joven actor ya llevaba más de una década trabajando en la industria. Había hecho de modelo, había probado suerte en la publicidad y ha salido como secundario en multitud de series y películas. Su primer trabajo como actor lo logró con la sitcom Manual de superviviencia escolar de Ned. Después apareció en Hannah Montana, junto a Miley Cyrus. O CS Miami o High School musical. Más allá de las series adolescentes, en 2012, Butler se convirtió en un guaperas de instituto en The Carrie Diaries, la precuela de Sexo en Nueva York. Para un fan de Tarantino, que dice leía el guion de Pulp Fiction en sus ratos libres, el éxito llegó cuando el director le fichó para Érase una vez en Hollywood. Y ahí le vimos en la gran pantalla haciendo de mano derecha de Charles Manson.
El gran reto de su carrera, en el que ha estado trabajando los últimos tres años ha sido el de Elvis. Requería el esfuerzo físico de cantar y bailar. De hacerlo como el rey del rock y además interpretar a un personaje que representa la historia reciente de Estados Unidos. Baz Lurhmann no quería imitaciones. "Cuando empecé a preparar el papel me empeñé en que si trabajaba mucho podía hacer que mi cara fuera idéntica a la de Elvis, que mis ojos fueran iguales y nadie notara la diferencia. Pero me di cuenta de que eso es un museo de cera no una actuación", decía el actor con una voz grave y articulada en la rueda de prensa del pasado Festival de Cannes, el primero al que acudía como estrella.
La película es más que un biopic de un cantante de clase obrera blanca que logra la fama mundial, que tiene sus escarceos con las drogas y las mujeres y que acaba sin el brillo de sus mejores momentos. Es mucho más. Es un retrato de la fama, del sueño americano, de la música, de qué significa ser artista en un mundo donde el dinero y el negocio ganan, la mayoría de las veces al arte. Por eso era importante que la actuación de Austin Butler no fuera una imitación, como la de tantos y tantos cantantes que imitan a Elvis por todo el mundo. "Al final comprendí que tenía que encontrar el equilibrio entre intentar parecerme a él y conocer su lado humano", afirmaba.
Había que ir más allá de ver al icono, ver su naturaleza humana que era más profunda que todo eso. Eso es lo que me fascinaba
— Austin Butler
A partir de ahí, el actor californiano se obsesionó con el personaje. Estudió toda su vida. Descubrió que a los 23 años perdió a su madre. La misma edad que él tenía cuando la suya murió. "Investigué minuciosamente todos sus movimientos, sus gestos, su voz, pero también quería saber por qué se movía así, cuándo era espontáneo y cuándo no. Tenía que sentir la vida cómo él la sentía". Por eso su trabajo se aleja del de otros intérpretes que se han acercado a grandes iconos o personajes populares, como Jessica Chastain caricaturizando a Tammy Faye, con René Zellgewer imitando a Judy Garland o Rami Malek enfatizando todos los tics de Freddie Mercury.
Una de las escenas en que se observa todo el fruto de su trabajo es el primer encuentro entre Elvis y su mánager, el villano del filme al que interpreta Tom Hanks. Son los inicios de su carrera en Memphis y el representante se fija no en el artista, sino en lo que el artista y sus movimientos de cadera provocan en los espectadores.
Los imitadores de Elvis mueven sin cesar los labios. En realidad, Butler y Lurhmann descubrieron que ese gesto lo hacía cuando posaba en las fotos, no mientras cantaba. En eso consistía el trabajo de actor y director, en captar su esencia en gestos sutiles, no en la caricatura. "Había veces que estudiaba su vida y cómo iba cambiando su voz, sus movimientos a lo largo de su carrera. He estudiado mucho y tratando de encontrar su propia humanidad. Había que ir más allá de ver al icono, ver su naturaleza humana que era más profunda que todo eso. Eso es lo que me fascinaba", señalaba el joven actor.
"He vivido durante tres años con la idea de tener que hacer justicia de alguna manera a su legado y de traer a la vida a este hombre extraordinario y que Lisa Marie y Priscila se sintieran orgullosas", decía Butler en Cannes y allí precisamente la familia de Elvis lloró en la premiere en el Gran Teatro Lumière. Lo cierto es que ya habían visto la película y habían quedado en shock tras ver la actuación del joven actor californiano. Tal y como relata el propio director, el australiano Baz Lurhmann. "Me mandó una carta cuando vio la película y en ella reconocía que no estaba preparada para eso: 'Cada respiración de Austin, cada movimiento... era su propio espíritu, era como verle a él. Si mi marido estuviera aquí hoy, le miraría a los ojos y le diría: ¿Cómo te atreves? Tú eres yo".
Baz Luhrmann resucita al músico en un biopic barroco y divertido con un impresionante Austin Butler
Después del Oscar de Rami Malek, mucho se habló de las posibilidades de Taron Egerton haciendo de Elton John en otro biopic musical con beneplácito del interesado y presentado en Cannes. Sin embargo, nunca ocurrió. Quizá Austin Butler lo logre. Su historia se acerca más al relato de éxito que gusta en Hollywood. Niño Disney, no ha dado escándalos -al menos de momento-, es guapo, ha hecho sus pinitos como modelo, ha tenido novias famosas -Vanessa Hudgens y Kaia Gerber, la hija de Cindy Crawford-, ha sido secundario de series y películas, ha trabajado con grandes nombres de la industria -Tarantino, con Denzel Washington en Broadway y saldrá en la nueva de Dune-, lo más importante de todo, interpreta al mito de Estados Unidos, sin desprestigiarle, dándole humanidad y sin imitarle.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...