Ahora le toca a Sánchez bregar con sus socios de Gobierno y de investidura

Acaba hoy la cumbre de la OTAN con los objetivos cumplidos, con su transformación completa ante un presente y un futuro marcado por la confrontación entre potencias y más grande de lo que era antes del inicio de la cita, con Suecia y Finlandia como miembros del Club Atlantista. Todo un éxito para la Alianza Atlántica, todo un éxito para el organizador, Pedro Sánchez, que durante estos días no ha podido ocultar su satisfacción por acoger la cumbre, por el éxito y porque le ha permitido marcar un perfil internacional que le gusta especialmente.

La cumbre ha sido un éxito, tanto en la organización como en los objetivos que se habían marcado, así que cuando hoy el último de los líderes despegue de Madrid, el presidente del Gobierno tendrá que volver a la realidad doméstica que no es tan plácida. Primero, y todavía, con la cumbre como argumento, tendrá que bregar con sus socios de Gobierno y de investidura, para convencerles de la necesidad de aumentar la presencia militar estadounidense en la base de Rota. Y ya fuera de la OTAN, tendrá que meterse de cabeza en la inflación.

El dato que conocimos ayer, precisamente mientras hablábamos con él, es terrible. Los precios han subido el último mes un 10'2 por ciento, y esto a pesar de los esfuerzos del Gobierno para contener el precio de la energía. La inflación está desbocada y los salarios, qué les voy a contar, no se mueven, o no lo suficiente para poder absorber el aumento del precio de prácticamente todo.

Hasta el momento, el Gobierno, además de intentar contener el precio de la energía, ha aprobado ya dos paquetes de medidas, que intentan paliar los efectos de la inflación, sobre todo, para las familias más vulnerables, pero al ritmo al que escalan los precios, las medidas pueden convertirse en insuficientes apenas han entrado en vigor. Así que el Ejecutivo tendrá que seguir pensando en cómo equilibra esta importante caída del poder adquisitivo, en algún momento tendrá que ponerse a hablar de los salarios.

Un dato, una alerta del informe anual de Cáritas, una familia vulnerable tiene que dedicar ahora 80 euros más al mes para poder llenar la nevera. ¿Se imaginan lo que son 80 euros para aquellos que tienen muy pocos ingresos? Esta es la realidad de mucha gente que no pueden esperar a que la coyuntura de la inflación, si es que realmente es coyuntural, acabe.

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