El primer ministro italiano, Mario Draghi, abandonó este miércoles la cumbre de la OTAN de Madrid para regresar a Roma y presidir este jueves una reunión del Consejo de Ministros sobre medidas económicas, entre tensiones en su coalición. En la segunda jornada de la cumbre de la Alianza Atlántica en la capital española, Italia estará representada por el ministro de Defensa, Lorenzo Guerini, confirmaron el Gobierno en un comunicado. El Consejo de Ministros está convocado para analizar medidas presupuestarias y dirigidas a contener la escalada de los precios de la energía. Sin embargo, aunque la nota no alude a estos hechos, durante la ausencia de Draghi, su coalición, apoyada por casi todos los partidos del hemiciclo, ha registrado una serie de tensiones, procedentes en concreto de sus dos principales socios, el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y la ultraderechista Liga. Por un lado, el líder del M5S y exprimer ministro, Giuseppe Conte, denunció este miércoles que Draghi le había criticado durante una conversación telefónica con el fundador del partido, Beppe Grillo. Preguntado al respecto en Madrid, Draghi aseguró que su Gobierno «no corre peligro». «Me parece sinceramente grave que un primer ministro técnico, investido por nosotros, se entrometa en la vida de las fuerzas políticas que lo apoyan», arremetió Conte, que sin embargo insistió en su continuidad «leal y constructiva» en la coalición. El primer ministro avanzó este miércoles que ya ha hablado con Conte y que volverán hacerlo mañana para reunirse «lo antes posible». Otras tensiones llegaron de la Liga de Matteo Salvini, que criticó las iniciativas parlamentarias del M5S y del Partido Demócrata (PD, centroizquierda), también en la coalición, de aprobar proyectos de ley para legalizar el cannabis y para dar la nacionalidad a los hijos de inmigrantes que lleven cinco años estudiando en el país. Salvini convocó este miércoles a sus diputados y denunció «la evidente voluntad de la izquierda de hacer saltar por los aires el Gobierno», dado que es férreamente contrario a esos proyectos de ley. El ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, que acaba de abandonar el M5S provocando una escisión que le ha privado de casi la mitad de su grupo parlamentario, reprochó a estos dos partidos su actitud. «Desde hace días, mientras el Gobierno italiano está involucrado en importantes cumbres internacionales, no se hace otra cosa que alimentar tensiones con debates y declaraciones surrealistas que amenazan claramente su continuidad», lamentó. Y agregó: «Estas dinámicas corren el único riesgo de debilitar la credibilidad de Italia, esfumar el logro de importantes objetivos como el techo máximo al precio del gas y hacernos perder los fondos del Plan de Recuperación». Di Maio pidió a sus socios a «poner en primer lugar el interés» del país, por encima de luchas políticas. El Gobierno italiano atraviesa estas tensiones a pocos meses de que arranque la campaña electoral de las elecciones generales de la próxima primavera.