Desarticulada una red internacional dedicada a la explotación sexual de mujeres sudamericanas
La operación ha finalizado con la liberación de ocho víctimas

Un vehículo de la Policía, en una foto de archivo. / ManuelVelasco

Madrid
La Policía Nacional ha desarticulado una organización internacional asentada en España, Francia y Portugal dedicada a la explotación sexual de mujeres sudamericanas. En concreto, la policía española y francesa y la Policía Judiciaria portuguesa, coordinadas con la Europol, han sido los que han desarticulado la organización.
La investigación, iniciada por autoridades judiciales francesas, ha desvelado la existencia de un entramado criminal dirigido y gestionado desde España que explotaba sexualmente a mujeres, en su mayoría de nacionalidad brasileña, en hoteles de diversas localidades galas, obteniendo esta red un beneficio mensual de 150.000 euros.
La operación policial ha finalizado con la liberación de ocho víctimas en Francia y la detención e ingreso en prisión de nueve personas -cuatro en España, tres en Portugal y dos en Francia-, según ha informado la Dirección General de la Policía en un comunicado.
Se han realizado un total de 12 registros domiciliarios, tres de ellos en España, y se han incautado 20.000 euros en efectivo, dos vehículos de alta gama y numerosos teléfonos móviles, ordenadores y equipos informáticos.
Cuatro detenciones y tres registros domiciliarios
En España y como consecuencia de estas investigaciones, se han practicado cuatro detenciones en la provincia de Málaga -dos en Marbella y otras dos en Estepona- y también se han ejecutado tres registros domiciliarios, que han contado con la presencia de la jueza francesa encargada de la investigación en aquel país, varios agentes franceses y de Europol.
La colaboración entre la Policía Nacional española, la Policía Nacional francesa y la Policía Judiciaria portuguesa dio comienzo en enero de este año, en base a una Orden Europea de Investigación que se originó por las indagaciones abiertas por autoridades judiciales francesas.
Las pesquisas realizadas permitieron constatar que el entramado criminal investigado prostituía a un número importante de mujeres en territorio francés y que era dirigido por varias personas asentadas en España.
La organización publicaba anuncios en páginas web donde se ofrecían los servicios sexuales y se encargaban de gestionar el alojamiento de las mujeres en el país galo, llegando a contratar el transporte con el que se las trasladaba hasta los hoteles donde tenían que prostituirse.
Las víctimas, principalmente de nacionalidad brasileña, estaban obligadas a entregar a la organización el 50 por ciento de sus ingresos con los que la red criminal obtenía unos beneficios mensuales cercanos a los 150.000 euros, dinero que era enviado a España mediante transferencias bancarias o empresas de envío de dinero, y que luego era redirigido hacia Brasil y Bélgica.




