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Dos generaciones al frente de la renovada librería más antigua de Madrid

Un comprador misterioso rescató del cierre a Pérgamo, reducto rojo de libros en el barrio de Salamanca, invitando al escritor Jorge F. Hernández como su librero

Dos generaciones al frente de la renovada librería más antigua de Madrid

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Madrid

Pérgamo iba a añadirse a la lista de librerías históricas que cerraban en Madrid en enero de este año. La venta en línea y el parón que supuso el covid en la actividad económica habían convertido el negocio en algo poco rentable para las hermanas Ana y Lourdes Serrano. Pero un misterioso mexicano, que de niño compraba libros allí, cambió el destino de la librería más antigua de Madrid. Propuso a las hermanas Serrano que le traspasaran el negocio, para así continuar la venta de libros en un local que fue siempre un referente en la resistencia lectora durante el franquismo.

En la búsqueda de sustituto para que pudiesen jubilarse Ana y Lourdes, hijas del matrimonio que fundó la librería, el nuevo dueño de Pérgamo contactó al escritor mexicano Jorge F. Hernández para ofrecerle ser el librero del lugar. “Así empieza esto, como un cuento de hadas”, narra Hernández, quien lleva residiendo en Madrid varios años y se encontraba en una situación complicada. Había sido cesado como agregado cultural de la Embajada de México en España; estaba endeudado, escribía poco, buscaba un nuevo trabajo, así que la oferta de un admirador de sus libros y columnas en El País fueron un giro narrativo digno de escribirse en una de sus novelas.

Jorge, para quien los libreros son sus "guías extraoficiales” en la vida, explicó que el propietario de la librería le dio margen absoluto para ejercer este trabajo con libertad. En esta misión, el escritor exnovillero pidió al dueño misterioso incluir en la reconstrucción del negocio como compañero librero al español Pablo Cerezo, un joven recién graduado de Sociología y Relaciones Internacionales, al que conoció en una conferencia en la Universidad Complutense de Madrid a la que asistieron por el amor común a la literatura.

La propuesta que ofrecen estos dos libreros, pertenecientes a dos países y dos generaciones distintas, es conjuntar sus visiones para ofrecer en Pérgamo una oferta literaria diversa, sin que se pierda la esencia transgresora a la vez que familiar que ha mantenido esta librería ubicada en el número 24 de la calle del General Oraá. Quedan por llegar los libros allí, pero se pasean en el local vecinos curiosos que platican con Hernández y Cerezo, alegres de que la librería tendrá otra vida con ellos recomendándoles lecturas o conversando de otras cosas más allá de las letras.

Por el momento, no hay una fecha concreta para reabrir la librería, pero en lo que llega ese momento, Cerezo y Hernández prevén contactar con autores, como Antonio Muñoz Molina, para poder hacer firmas de libros en el local una vez esté abierto. También planean vender artículos de papelería (pero no escolar, como en el pasado) y ofrecer un servicio de libros por demanda para que los clientes puedan acudir al negocio del barrio en vez de recurrir a grandes plataformas digitales. Buscan, en palabras del librero más joven de la dupla, “además de la propia magia que tienen sitios así, que sea un lugar de encuentro”.

Responsabilidad como libreros

Abierta en 1946 por un matrimonio de izquierdas en el barrio de Salamanca, Pérgamo fue una librería que vendía libros prohibidos por el franquismo en la trastienda, que ahora estará abierta a los lectores para exponer más libros de los que permiten las estanterías de cerezo en el frente del local. En ella Hernández y Cerezo buscan que los libros que se vendan ofrezcan diversos géneros como ensayo, novela, agregando poesía, que no se vendía en la librería.

Por un lado, para Jorge, su compañero Cerezo aporta en la librería una perspectiva necesaria para modernizarse, que es la vinculada al mundo digital. Pablo considera que las redes sociales pueden también abrir las puertas a llegar a más personas con las que “tienen la responsabilidad como libreros” de recomendar autores y autoras diferentes, pero también nuevos relatos. Por otro lado, ese cruce intergeneracional y multicultural que comparten estos dos libreros aporta una nueva visión sobre las secciones a establecer para los libros. Hernández ejemplifica ese cambio en la lectura con una anécdota en la que uno de sus hijos espera que “por supuesto habrá una sección de medio ambiente” o una de estudios feministas en Pérgamo, pues los intereses de lectura también han evolucionado. Hernández quiere también dar espacio a una sección amplia de literatura juvenil e infantil. Muchas señoras en el barrio hacen compras cada vez que sus nietos las visitan, asegurando que irán “a por el combustible para entretenerlos” con las opciones que el cerezo de la librería albergará en su interior.

Fernanda Fernández

Fernanda Fernández

Redactora y productora en 'A vivir que son dos días' desde 2022. Produjo 'Segunda Acepción' y ha colaborado...

 
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