Una miss y atracos de 'entrenamiento' en el barrio de Salamanca: así se coció el robo millonario en el restaurante Atrio
Los autores del robo de 45 botellas de vino en Atrio Cáceres practicaron previamente en restaurantes de Madrid
En 2016, Priscila Lara Guevara se colgaba la banda de Miss Earth Estado de México. Seis años después, la mexicana, de 29 años, ha sido detenida en el puesto fronterizo croata de Karasovici Sutorina junto a Constantín Gabriel, un hombre de 48 años de nacionalidad rumana, por perpetrar el robo de 45 botellas de vino valoradas en 1.648.500 euros en el famoso hotel-restaurante Atrio de Cáceres.
¿Cómo pudieron llevar a cabo un golpe tan importante? "La pareja había hecho de esto su modo de vida, pues la venta de este tipo de vinos produce muchos beneficios", ha explicado este miércoles el jefe de la brigada de la Policía Judicial de Cáceres, Carlos Soria, en un encuentro con la prensa en la que también ha participado la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García; el jefe de la Unidad de Delitos Económicos de la Comisaría General, José Ángel González, y el jefe superior de la Policía de Extremadura, Alfredo Garrido.
Los autores del atraco adquirieron precisión y especialización en este tipo de delitos en el barrio madrileño de Salamanca, donde previamente habían perpetrado, al menos, tres robos de botellas valiosas en distintos restaurantes. De hecho, Gabriel ya había sido detenido por robar en restaurantes madrileños, y, sólo días antes del golpe en Atrio, la pareja estuvo en otro afamado establecimiento de la capital española.
Los ladrones no dejaron nada a la improvisación en Atrio. En los meses previos al atraco —entre julio y septiembre de 2021— se alojaron en el hotel hasta en tres ocasiones. Antes del robo, que tuvo lugar el 27 de octubre de 2021, Priscila Lara llamó para reservar una habitación para ella y un acompañante. Esa noche cenaron en el restaurante de este establecimiento y visitaron la bodega invitados por el personal, una tradición habitual con los clientes por parte de este establecimiento.
Posteriormente, subieron a la habitación y, momentos después, el hombre abandonó la estancia para dirigirse al sótano, donde se encuentra la bodega. A su vez, la mujer bajo a la recepción para distraer al empleado con la excusa de que le preparase algo de comer, a pesar de que la cocina ya estaba cerrada. Después de acceder con una llave maestra, previamente sustraída, al restaurante, el hombre accedió a la bodega. Minutos después, salió con tres grandes mochilas, una en cada mano y otra a la espalda, en las que portaba 45 botellas de vino. Para protegerlas en las bolsas utilizaron varias toallas de la habitación donde estaban hospedados.
Entre las botellas sustraídas había 38 eran Romanée Conti, con un precio medio de 12.000 euros en la carta del restaurante cacereño; un Montrachet Grand Cru 1999 Magnum, con un valor de 25.500 euros, y "la que más dolió" a los gerentes de Atrio, Toño Pérez y José Polo, un Chateau d'Yquem de 1806, valorado en 310.000 euros. Hace más de dos décadas, Polo y Pérez consiguieron hacerse con esa histórica botella en una subasta den Christie's. "Ha visto el devenir de los 215 años más recientes de la historia de Europa", recuerdan sus legítimos propietarios.
El robo fue descubierto a la mañana siguiente, cuando los autores ya habían abandonado el hotel. Los ladrones abandonaron la estancia sobre las 5:30 de la mañana. Para distraer a los empleados del hotel, la mujer bajo a la recepción y pidió a los recepcionistas que les preparan algo de comer, a pesar de que la cocina ya estaba cerrada.
El botín sigue en paradero desconocido
Los ladrones han permanecido fugados hasta la semana pasada. Después de un intenso trabajo de investigación de la Policía Nacional, en colaboración con agentes de EUROPOL e INTERPOL, la Policía Fronteriza de Croacia y la Agregadurías de Interior de España en Rumanía y Países Bajos, Lara y Gabriel fueron arrestados cuando trataban de cruzar la frontera de Croacia desde Montenegro.
Ahora, las autoridades croatas pondrán a los ladrones a disposición de la justicia española, ante la que se enfrentan a una acusación de robo con fuerza, con posibilidad de la agravante por el valor de los artículos sustraídos. Los gerentes de Atrio de Cáceres siempre han sostenido que el robo fue "por encargo" y confían en recuperar sus valiosas piezas, pero por el momento no hay rastro del botín.