El gesto de Vingegaard con Pogacar: el maillot amarillo esperó a su gran rival tras caerse en pleno descenso
El maillot amarillo del Tour no quiso sacar tiempo al segundo en la general y ambos se dieron la mano en un gran símbolo de la deportividad. Después, ya en igualdad de condiciones, sentenció la carrera
Deportividad mayúscula en el Tour de Francia. Vingegaard, líder de la general, y Pogacar, dos veces vencedor del Tour y actual segundo clasificado en la general, dejaron un gesto que pasará a la historia de la ronda gala. Cuando ambos ciclistas luchaban en un precioso descenso de la Col de Spandelles, el esloveno se fue al suelo. Fue Vingegaard quien le esperó pese a poder haber ampliando las distancias con su gran rival de esta edición. Pogacar le agradeció su decisión dándole la mano cuando llegó a su altura.
Vingegaard sentencia
El ciclista danés ya tiene el maillot amarillo en el bolsillo. El líder de la general aguantó los infinitos ataques de Pogacar durante los dos puertos posteriores, la caída y el cansancio pudieron con el esloveno. Vingegaard, a falta de cuatro kilómetros para la meta en Hautacam, asestó el golpe final que le permitió levantar los brazos y soñar despierto con el escalón más alto del podio de París.
Y al final de la etapa, otro gesto. El vigente campeón se acercó con deportividad a felicitar al corredor que le sucederá, salvo catástrofe, en el trono de París.