Víctor Rodrigo, el campeón mundial de memoria rápida : “A todo el mundo le gustaría tomar esa pastilla mágica y recordarlo todo, pero no existe, yo al menos no la tengo”

Madrid

Desde ‘La Ventana’ les proponemos un juego. Lean la siguiente lista de números y traten de recordar todos ellos: 7, 8, 4, 6, 7, 6, 5, 1, 0 y 3. ¿Se ha escapado alguno? La teoría sobre la memoria a corto plazo explica que en una lista de diez elementos, el cerebro tiende a recordar siete de ellos con una variación de dos unidades. Pero en la práctica, están quienes siempre olvidan las llaves del coche o ese amigo que recuerda todas las anécdotas.

Más allá de estos perfiles y de la gran mayoría de humanos que vivimos en el planeta está Víctor Rodrigo. Recientemente se ha proclamado campeón del mundo de memoria rápida y eso que no consiguió superar su marca. En esta disciplina, aparentemente desconocida, España es un referente mundial. Además de este reciente logro en México, el considerado como mejor "memorizador" del mundo es el albaceteño Ramón Campayo, 10 veces campeón mundial y subcampeón en esta edición.

Rodrigo, que actualmente es estudiante del curso de TEDAX, promete que no tiene ningún superpoder: "No tengo claro si lo da, pero aún no me ha llegado", ironiza. Desde 2013 participa en torneos de memoria rápida, en un primer momento amateur antes de debutar en el campeonato del mundo en Lisboa. "Desde entonces no he podido desengancharme".

Sobre la dinámica de las pruebas, Rodrigo explica que constan de seis pruebas. Las primeras son de números binarios y decimales, en las que deben memorizar el mayor número posible durante uno y cuatro segundos. Por otro lado, están las figuras de colores y las matrices, que en sus propias palabras son "cuadrículas divididas en cuadros de las que tenemos que memorizar cuales están en blanco o en color".

Entrenar y volver a entrenar

El valenciano comenta que las `puntuaciones se obtienen tras hacer unas tablas, ya que "no es lo mismo memorizar binarios que decimales". En concreto, 18 decimales equivale a 40 binarios: "Fallar en binarios es más fácil", apunta. “Cuando conoces las técnicas y las entrenas mejoras tu capacidad, no había destacado nunca, no lo recuerdo”.

Y es que el cerebro es similar a un músculo, "le das un estímulo y se adapta, si anotamos todo y estamos años anotando todo sin ejercitar esa memoria vamos a perder esa capacidad, como si estuviéramos sentados en una silla por años", explica. Sobre los comienzos, Rodrigo señala que "al principio intentas memorizar todo lo que pasa por delante y luego te vas acostumbrando hasta que en los últimos años he caído en la comodidad de apuntarlo más tarde".

Haya o no un don como origen, él tira por la humildad. "A todo el mundo le gustaría tomar esa pastilla mágica y recordarlo todo, pero no existe, yo al menos no la tengo", comenta entre risas. Estas competiciones, compara, son “similares al atletismo, hay velocistas y fondistas”.

¿Por qué no usan palabras?

"Depende del momento pero memoricé 19 decimales en un segundo", y eso que durante los campeonatos el rendimiento suele decaer. Rodrigo, ante la pregunta de por qué se obvian las palabras, señala que "tendría ventajas según el idioma materno, por eso se establecen números".

Recordar es casi tan importante como olvidar. "En competición, al tener bastantes intentos no podemos retener el anterior porque nos ensucian el siguiente, hay algunas técnicas o procedimientos que nos permiten retenerlos durante el tiempo que deseamos", señala. Por último no levanta ninguna duda, sí le ha servido para enfrentarse al duro curso de TEDAX: "Si vieras nuestro temario lo sabrías", remata.