Crónica 24/7: Las tres víctimas y siete supervivientes de Jorge Ignacio Palma, mujeres prostituidas en situación de vulnerabilidad
La madre de Marta Calvo, una de las víctimas, se convierte en la voz de todas ellas
Reportaje EP31 | Víctimas invisibles en el caso de Marta Calvo
València
El primer día del juicio todos los ojos estaban puestos en Jorge Ignacio Palma, pero la fiscal Socorro Zaragoza tardó apenas diez minutos en plantear al jurado popular que el protagonista no era él: eran Nuria, Sara, Sintique o María Teresa.
Ellas son algunas de las víctimas que han testificado en la Ciudad de la Justicia de València contra Jorge Ignacio Palma, declarado culpable de las muertes por intoxicación aguda por cocaína de Arliene Ramos, Lady Marcela Vargas y Marta Calvo. En el caso de Calvo, además, le han considerado culpable también de ocultar el modo y lugar en que se deshizo de sus restos. El jurado popular cree que Palma actuó "de manera sorpresiva" y en todos los casos considera que fue un acto de dominio machista. Durante el juicio se han tratado los hechos relativos a diez mujeres, las tres fallecidas y otras siete supervivientes que han acudido a declarar a la ciudad de la Justicia de Valencia. Los nueve integrantes del jurado popular creen también culpable a Palma de haber intentado matar a seis de ellas. Según el veredicto del jurado, las diez mujeres sufrieron abusos sexuales a manos de Palma. A lo largo de la vista oral, de un jucio que comenzó el 13 de junio, la fiscal ha puesto el foco en todas ellas.
Todas las víctimas estaban en situación de especial vulnerabilidad
Zaragoza ha defendido que no es casualidad que se cruzaran con Palma. Todas ejercían la prostitución y, a su juicio, él encontró en ellas "las piezas de caza perfectas". Durante cada una de las sesiones ha destacado su "especial vulnerabilidad", en su informe final añadió además que la violación de una prostituta por parte de un cliente era “lo más difícil de probar en su momento en este país".
Precisamente a eso se acogió Palma cuando negó los hechos a preguntas de su abogada. "¿Violar para qué? Si yo estoy pagando por un servicio sexual creo que el consentimiento está implícito", aseguró.
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Fiesta blanca
Las supervivientes declararon que Palma les introdujo cocaína en sus genitales en contra de su voluntad. El acusado quedaba con ellas para hacer 'fiesta blanca', una práctica sexual en la que se mezclan drogas y sexo.
Él negaba haber metido cocaína a ninguna mujer sin su consentimiento en su vagina o su ano. Sin embargo, todas las testigos coincidieron en ello y relataron, además, que él utilizaba en sus encuentros una gran cantidad de estupefacientes. La autopsia de Lady Marcela, la segunda fallecida, reveló que tenía una “concentración de cocaína en sangre letal", según los forenses.
Según la acusación particular, ellas no tenían ningún valor para Palma. El abogado Juan Carlos Navarro planteó que el acusado siempre repetía “el mismo ritual”: "Él se cree que es Dios y hace lo que quiere con la vida de esas mujeres". Candela Estévez defendió que Palma "jugaba a la ruleta rusa".
Las siete supervivientes se definieron como escort o trabajadoras sexuales, incluso la madre de Marta Calvo, Marisol Burón, empezó así su declaración: "Mi hija iba a ejercer como escort una temporada, esa es la verdad". La fiscal aseguró que el juicio se puso en marcha "gracias al empeño de una madre coraje”.
El caso de Marta Calvo
Marta Calvo desapareció la noche del 6 al 7 de noviembre de 2019 en la localidad valenciana de Manuel, pero antes le envió su ubicación a su madre. Ella le escribió a la mañana siguiente, pero su hija no le contestó. Fue a denunciar ante las autoridades, pero, según relató, los agentes le dijeron que si su hija se dedica "a lo que se dedica igual está en Ibiza o en Palma y llega con 20.000 euros”.
Burón también fue a la ubicación que le había enviado Marta, Palma fue quien le abrió la puerta. La Guardia Civil finalmente abrió una investigación. Hasta que el caso no salió en los medios gracias a la denuncia de Burón, ninguna de las siete supervivientes denunció. La fiscal destacó que ellas "son víctimas de la gente que les paga", pero también "del sistema y de sus chulos".
Palma durante el juicio contó que él durmió con Marta Calvo y que, al despertar, la encontró muerta. No llamó a emergencias porque se asustó. Testificó que él solo quería "pasar un buen rato", pero al ver aquel “problemón” entonces pensó en quitarse la vida: "Se me vienen los antecedentes por droga, colombiano, servicio sexual... Yo pienso en suicidarme". Él siempre ha mantenido que lo único que hizo fue descuartizar a la joven valenciana. Después de aquella noche desapareció y un mes después se entregó a las autoridades.
Defensa de Palma: "Si las víctimas denunciaron fue a beneficio propio"
En el ejercicio de su trabajo, la abogada de Palma, María Herrera, planteó que si ellas denunciaron fue a beneficio propio: "Si son declaradas víctimas de violencia de género tienen derecho a una prestación económica y las extranjeras tienen derecho a que no se incoe un expediente administrativo, se les dé la residencia y entonces se paralice si están irregulares en el país".
A una de las primeras testigos del juicio, de origen migrante, Herrera le preguntó si estaba en situación regular cuando ocurrieron los hechos. La testigo respondió que sí. La propia Herrera destacaba que no podía demostrar que lo habían hecho por esa razón, pero añadió que ella así lo creía.
Palma sobre las víctimas: "Que en paz descanse"
Palma al referirse a las víctimas durante la vista oral entre lamentos repetía: "Que en paz descanse". Sin embargo, la fiscal Socorro Zaragoza respondió en la presentación de su informe final: "¿Que en paz descansen en serio? ¿Nos quiere hacer creer que tiene pena por ellas?". Zaragoza definió a Palma como un caso de "maldad pura, porque no quiere decir dónde está Marta".
Ni la Fiscalía ni la acusación particular creen que la descuartizara en la casa de Manuel. Los peritos, según declararon en el juicio, no encontraron sangre de Marta en el baño donde supuestamente la desmembró y no hay ni rastro de ella en el vertedero donde Palma dijo que tiró su cuerpo, que descuartizó en nueve partes.
Casi tres años después, la joven valenciana sigue desaparecida. A su madre lo que más le duele es no poder enterrarla y el trato que han recibido las víctimas: "Lo peor ha sido rebajar a las víctimas de esa manera. Esas chicas hicieron el esfuerzo de venir aquí a revivir todo lo que habían pasado y no hay derecho a que esta abogada las intente rebajar".
Las diez mujeres ejercían la prostitución. Unas eran migrantes o no tenían recursos y otras, como la propia Marta Calvo, buscaban un ingreso extra. En su informe final, la fiscal pidió justicia para las tres fallecidas y las siete supervivientes. Hacer justicia es también evitar que el sistema vuelva a fallar a ninguna mujer.
Ana Galarza
Redactora de informativos en Radio Valencia Cadena...