Silvia Idalia Serrano, la mujer que se operó de estética en abril y luego sufrió una infección por la que fue ingresada grave en el hospital madrileño de La Paz, en coma inducido, ha fallecido en la madrugada de ese domingo, han informado fuentes del centro hospitalario. El pasado 29 de abril, Silvia se sometió a una operación de estética en la clínica CEME tras la que fue dada de alta, pero sufrió una infección y tuvo que ser ingresada en La Paz días después. La mujer, de 34 años, vivía en Palma y se trasladó a Madrid para operarse. El titular del Juzgado de Instrucción número 46 de Madrid mantiene investigados a dos facultativos y a la propia clínica por un posible delito de lesiones por imprudencia en este caso. La letrada que representa a la familia de Silvia, Mar de La Loma, tras manifestar que se une a la «consternación y la pena» de su novio Daniel y de sus familiares ante su fallecimiento, ha considerado que ahora «más que nunca debe llevarse a cabo una investigación rigurosa con las practicas de la clínica CEME». «No tanto lo ocurrido en el quirófano sino los posoperatorios que se llevan a cabo», ha precisado, al destacar que hay otras víctimas, además de Silvia. «Consideramos que son demasiadas coincidencias con consecuencias fatales. Tiene que haber una investigación y tienen que pagar por ello», ha apuntado. Desde CEME, según han manifestado a Efe fuentes de la clínica, han lamentado el fallecimiento de Silvia, y respecto al procedimiento judicial abierto recuerdan el último informe de parte que trasladaron al juzgado para que se tenga en cuenta. El informe de parte concluye que «no se deduce infracción de la lex artis médica en los profesionales sanitarios que atendieron a la paciente hasta su traslado al Hospital La Paz». Detalla que la paciente sufrió una complicación infecciosa denominada fascitis necrotizante que es «excepcional» tras los procedimientos de cirugía plástica, y cuyas bacterias «no son de adquisición hospitalaria ni transmitidas a partir de personal o el entorno sanitario, sino procedentes de la microbiota (flora) de la paciente». Destaca que la fascitis necrotizante «puede ser difícil de establecer en las primeras horas o días de su presentación», y subraya que tras la operación la paciente fue atendida por personal de CEME en un hospital, «realizándose exploración de las heridas, tomas de constantes y exploraciones analíticas». Cuando se detectaron «signos generales de afectación general (sistémica) se procedió a su traslado a un centro de mayor complejidad», lo que ocurrió el 6 de mayo, una semana después de la operación.