La metáfora de 'acampar' y la interrupción del embarazo: cómo sortean las mujeres los obstáculos de la ley para abortar en EEUU

Madrid

En plena pandemia, en las redes sociales surgió una especie de lenguaje en clave, en foros de internet, con abreviaturas como 'zf' -iniciales que aluden al Gobierno de Xi JinPing-, o 'jc' -sustituye la palabra policía- para criticar subliminalmente las políticas del gobierno chino sin ser detectado o perseguido por ello. En Rusia, los que se manifiestan en contra de la guerra de Ucrania, para eludir la vigilancia policial en las redes sociales, se compartían unos emoticonos de personas caminando junto al busto del poeta ruso Aleksandr Pushkin y el número siete, el significado: Concentración en la plaza Pushkin [en Moscú] a las 19.00 horas.

Es el fruto del ingenio condicionado por el miedo a la persecución. Cuando los regímenes censuran o castigan leyes y derechos que se consideran fundamentales. Un fenómeno al que no ha permanecido ajeno Estados Unidos un país que goza, en teoría, de mejor salud democrática. La sentencia del Supremo estadounidense que permite ilegalizar el aborto ha precipitado un movimiento en redes sociales para ayudar a las mujeres que han visto una regresión en sus derechos. Así, ha comenzado a aflorar una tendencia -hablar en clave- que sustituye la palabra 'aborto' por otras como 'acampar' o 'tricotar'. Todo con el objetivo de sortear la censura y el castigo que imponen los estados donde se aplica ya la ley. Una legislación que contempla incluso sancionar a quienes divulga cualquier información relacionada para facilitar esta práctica antaño un derecho para las mujeres de ese país.

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"Esto es lo que genera el miedo y la confusión", señala indignada Gabriela Benazar Acosta, portavoz de Planned Parenthood, una de las principales redes que presta ayuda a las mujeres que intentan abortar en ese país. Porque, añade, "de momento no se persigue a quienes divulgan la información". Al igual que subraya el profesor Pedro Rodríguez, experto en Relaciones Internacionales: "veo muy difícil que un país cuya primera enmienda de la Constitución garantiza la libertad de expresión persiga a quienes compartan este tipo de informaciones".

Un país dividido

A pesar de las garantías constitucionales de las que habla el experto, el revés al caso Roe v Wade, de 1973, y que protegía a las mujeres acceder al aborto (sin apenas trabas judiciales), ha sembrado el miedo en una sociedad "completamente dividida y que no sabe cómo actuar ante esta situación", afirma la portavoz de la plataforma proaborto.

De hecho, desde que se hizo efectiva la sentencia de la Corte Suprema, estos son los mensajes que abundan en las redes sociales hablando de la tendencia 'irse de acampada':

"No paraba de ver vídeos sobre unos 'campamentos de aborto'. Así que me puse a buscar en Google, para ver de qué iba el asunto. En un principio pensé que las mujeres que querían abortar tenían que irse al monte, entre los bosques y con tiendas de campaña para hacerlo. Aunque luego me lo explicó bien mi amiga y lo entendí".

"Las metáfora no os van a proteger legalmente. Vuestra intención es buena, pero es muy peligroso. Por favor, sed más cuidadosos. Invertid vuestro tiempo y vuestro dinero apoyando a las asociaciones. Esa es la mejor manera de ayudar a las personas".

Una mezcla entre la confusión -suscitada por el hecho de no saber en qué estados se puede abortar, en cuáles no, pero lo más importante, en qué condiciones- el miedo y la buena voluntad. Sin embargo, esa buena voluntad, puede ser contraproducente. "Recibir ayuda de extraños no siempre es lo más seguro y menos en una cuestión que involucra tu salud. Imagínate que alguien te ofrece pastillas anticonceptivas, no sabes si ese producto cuenta con alguna garantía. Es triste ver cómo por desesperación, las mujeres tienen que ir en busca de ayuda en los foros", lamenta la activista.