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Ocio y cultura

Precariedad, abusos, violencia, identidad, migraciones o cambio climático: los problemas de los jóvenes en el teatro

En el Día Internacional de la Juventud, hablamos con LaJoven, una compañía de teatro que aborda los problemas de la juventud, sus circunstancias, con los jóvenes como protagonistas. Machismo, homofobia, precariedad, abusos de poder, cambio climático... y una falta de apoyo institucional

Precariedad, abusos, violencia, identidad, migraciones o cambio climático: los problemas de los jóvenes en el teatro

Precariedad es la gran palabra que define a los jóvenes españoles hoy. Con un paro superior al 23%, hasta los 30 años, de media, no se pueden emancipar, según el Observatorio de Vivienda del Consejo de la Juventud de España. La precariedad es su realidad, pero hay otras muchas circunstancias que marcan la vida de los menores de 30 en nuestro país. Todas esas circunstancias son las que lleva LaJoven poniendo sobre los escenarios desde hace más de ocho años.

LaJoven es un proyecto teatral profesional que pone las artes escénicas al servicio de la sociedad con la juventud como protagonista. Durante los últimos diez años han pasado por ella más de 100 jóvenes entre 18 y 27 años, cuyo trabajo ha alcanzado a más de 280.000 espectadores en 86 ciudades. En cuanto al planteamiento de sus obras, las temáticas de LaJoven invitan a reflexionar sobre las circunstancias sociales que afectan a la juventud en su día a día, buscando generar un impacto emocional y un espacio de diálogo en los coloquios que se programan después de cada espectáculo.

En el Día Internacional de la Juventud, hemos hablado con Pedro Sánchez, director adjunto de la compañía, y con Alberto Granados Reguilón, músico y compositor a quien LaJoven le ha servido para desarrollar su trabajo en España, después de años formándose y estudiando fuera.

¿Cómo surge LaJoven, qué hueco vino a llenar? Imagino que no es fácil montar una compañía de teatro y mucho menos mantenerla a flote todos estos años.

Pedro: Lo pusimos en marcha un grupo de personas que nos conocíamos desde hace 20 años. El inicio fue un poco una consecuencia natural de un trabajo que se venía haciendo desde desde hacía ya años en el sur de Madrid. Distintos experimentos de poner a las artes escénicas al servicio de los jóvenes y a partir de ahí se formaron diversas compañías teatrales en institutos y demás. Los directores del proyecto, David Peralta y José Luis Arellano, junto con Olga Aguilón, montaron LaJoven. Empezamos siendo una asociación. Por un lado, para crear una plataforma de encuentro y para favorecer el empleo de artistas jóvenes. Crearon una plataforma en la que podían trabajar jóvenes junto a grandes profesionales de las artes escénicas, que ha sido siempre una premisa del proyecto y, sobre todo, con el objetivo de poner al final un proyecto en el que los jóvenes son protagonistas al servicio de otros jóvenes. Porque nosotros hacemos muchísimas funciones para el público general, pero sobre todo en horario de mañana, para que vengan centros educativos de secundaria y bachillerato, sobre todo, y que puedan venir pues un montón de jóvenes a sentarse en un patio de butacas, emocionarse y llevarse un montón de cosas. Y, sobre todo, intentar hacer un teatro donde los jóvenes sean los protagonistas. Y poco a poco hemos ido a más ciudades y hemos colaborado con entidades en campañas de prevención de riesgos, adicciones. Ahora estamos haciendo un proyecto con el Hospital 12 de Octubre para utilizar el arte y las artes escénicas para apoyar a jóvenes ingresados por temas de autolesiones o trastornos de la conducta alimentaria.

Hace unos meses, nos decía Sanchis Sinisterra que hay mucho teatro infantil, mucho para adultos, pero que echa en falta teatro para jóvenes.

Pues para mí uno de los errores es que no sé si a lo mejor es necesario llamarlo teatro para jóvenes, sino teatro con jóvenes, porque todos hemos sido adolescentes y hemos pasado por ese momento en el que rechazas que te infantilicen o te traten como a un adolescente. Creo que simplemente es tener en cuenta que los jóvenes están ahí, que hay que tratar a los jóvenes como adultos, hay que hacer propuestas teatrales con la misma calidad que esperamos los adultos encontrar, con los mismos temas que nos gustaría abordar como adultos. Y que la historia esté protagonizada por alguien de veintipocos años o por un actor o actriz de esas edades, pues la cercanía generacional es mucho mayor y yo creo que ese es un poco también el gran invento de LaJoven, que al final están todas las generaciones representadas. Y creo que es muy importante también apostar por las dramaturgias contemporáneas om si se hacen clásicos, hay que revisitarlos. Tener en cuenta los referentes audiovisuales, los referentes también a través de Instagram, hay una cultura visual, artística, plástica enorme en los jóvenes y que a veces como que los infravaloramos, quizá, como como público. Entonces yo creo que hace falta más espacio efectivamente para las audiencias jóvenes. No sé si teatro para jóvenes, pero para hace falta que desde la profesión nos tengamos en cuenta de que hay esta gente tiene que venir. Qué pasa, que no tienen suficiente dinero para pagar una entrada o que no les interesa. Quizá porque no estamos en los canales de comunicación por los cuales les llegan las cosas.

Las temáticas de LaJoven invitan a reflexionar sobre las circunstancias sociales que afectan a la juventud en su día a día. ¿Cuáles son esas temáticas?

Los grandes temas. El amor y la muerte son siempre grandes temas que desde cualquier óptica y desde la juventud se pueden afrontar. Sí que hemos visto, sobre todo, todo lo que tiene que ver con hablar, por ejemplo, de la violencia machista. Violencia machista y los abusos de poder. Toda la cuestión de búsqueda de identidad de género también, estructuras familiares. E Interesa mucho también cuando, por ejemplo, hicimos La Eneida, todo el tema de las migraciones y de la identidad, del sentirte de una tierra, de otra. Muchos jóvenes que ya han nacido en España, pero sus familias no. Bueno, pues ahí conectan mucho con esos temas y luego bueno, pues siempre ese despertar de la adolescencia a la juventud. Todo el tema también de la emergencia climática nos lo plantean mucho, incluso en los coloquios, mola que te devuelvan la pelota y te reten a contar las historias desde desde otro sitio. Pero vamos, al final los grandes temas que que nos importan y nos emocionan a todos.

Lo de los coloquios me parece importante, hoy que el "consumo" cultural se ha individualizado tanto con las plataformas, que se han perdido esos coloquios después de ver una película o una obra, el compartir la experiencia, reflexiones

Pues fíjate que es muy curioso, porque cuando volvimos a hacer funciones después de la de la pandemia, te encontrabas con adolescentes que habían estado prácticamente un año con el miedo y la mascarilla. "Cuidado con cómo interactuas con la gente, que igual puede morir tu abuela". Era un mensaje un poco terrorífico y tanto los docentes, que son una parte fundamental del proyecto, como los jóvenes, han reivindicado un poco esa presencialidad, esa importancia del teatro como lugar de encuentro de la gente, para emocionarse escuchando una historia. Nosotros intentamos desde LaJoven que justo la percepción no sea esa, que tú vas al teatro, ves una historia y te vas a tu casa. No, sino el teatro como espacio de diálogo, como espacio de encuentro con jóvenes muy diferentes, de diferentes barrios, nacionalidades y economías.

Y yo creo que todos los que hemos estado casi dos años con los contactos sociales muy limitados, y especialmente en la adolescencia, que es cuando más contacto físico y emocional necesitamos, pues esto ha sido fundamental. De hecho, los coloquios de este año han sido unos regalos increíbles y reivindicamos el que se hagan en todas las funciones, incluso en las de tarde, porque es muy importante que el público, igual que los artistas tenemos el espacio para contar su historia, que el público sienta que los teatros son espacios abiertos al público.

¿El teatro debe ser siempre reivindicativo? O puede también simplemente entretener, hacer reír sin reflexión detrás

Yo siempre digo que nosotros no hacemos comedias, jajaja, la gente sale con bajón de la función muchas veces, por la historia demoledora. Intentamos siempre que haya un compromiso, sobre todo con ese público joven, porque los jóvenes son muy exigentes y quizá más exigente que el público adulto. Y yo creo que sí, que tienes que mostrar un compromiso. Sin olvidarnos de que el teatro tiene que emocionar, ya sea intelectualmente o por una cuestión más de piel. Se pueden hacer espectáculos para que la gente vaya un rato a sentarse a un patio de butacas y disfrute y se lo pase bien y y vea de repente a artistas haciendo una exhibición de talento acrobático. Bienvenido sea todo lo que al final cree afluencia de público a un patio de butacas. Maravilloso. Habrá cosas que tengan un compromiso social mayor, otras que a menos. Pero bueno, si todo sirve al final para que la gente disfrute la cultura, vaya a un teatro o se encuentre con otra gente, disfrute y reflexione, se sienta más conciliado con el mundo y si encima da trabajo a un montón de gente, pues mejor.

¿Confías en el bono cultural? Porque los jóvenes de toda España con los que hemos hablado, lo quieren gastar en conciertos, festivales, videojuegos y libros. Pero teatro no nos lo han trasladado, ya ópera y danza ni te cuento.

Jajaja... No me extraña también te digo. Pues yo creo que es la gran cuestión. Nosotros tenemos la suerte de tener muy buena relación con los centros educativos, intentamos que el público que viene al teatro, que luego sean potenciales seguidores en redes sociales, que yo creo que eso es lo más fácil. Preguntando, a nosotros muchos nos dicen que no van al teatro porque no se enteran de lo que hay. Los conciertos están anunciados por todas las calles, tienen más presupuesto para publicidad. Nosotros tiramos más del boca a boca. Y también te digo que yo, si tuviera 18 años ahora mismo y me dieran 400 €, ya te digo que iba todo a lo que estás diciendo, así que tenemos trabajazo. Yo creo que a través de los centros educativos, de universidades y demás, seguramente por ahí se pueden hacer muchas cosas para encontrar los espacios donde están los jóvenes e intentar atraerles.

Pedro Sánchez, director adjunto de LaJoven, con Cristina Bertol

Pedro Sánchez, director adjunto de LaJoven, con Cristina Bertol / Pedro Sánchez

Alberto, ¿tú cómo ves a los jóvenes?

Alberto: Bueno, esta generación a mí la verdad que me inspira mucho, en el sentido de que encuentro muchísima inspiración en gente de mi propia edad, veo gente que está moviéndose un montón y que tiene muchas opciones, muchas posibilidades. Se ha hablado muchísimo de YouTube, se ha hablado muchísimo de las posibilidades que hay, que hay muchísima formación, pero veo que es como que al fin y al cabo recae siempre en una actividad personal y muy individual y autodidacta. El problema es que falta apoyo institucional para que esos proyectos e ideas se sustenten y no queden en un cajón.

¿No ves a tu generación cansada después de dos crisis, una pandemia, tanta precariedad?

Sí, sí, por supuesto. Por supuesto que eso también. Está muy cansada, está muy quemada. Antes te sacabas una carrera, ibas palante o trabajabas en lo que tenía tu familia. Ahora, por mucho que estudies, es complicado. En mi caso yo me fui a otro país, a Holanda. Porque tenía claro que me quería dedicar a las artes. Me quería dedicar a la música. Y bueno, vi que aquí en España no había mucho apoyo cultural a los artistas. En Holanda estuve siete años y pude probar a vivir allí, estudiar y la verdad que fue maravilloso también, porque las instituciones artísticas también se basan más en en que el arte esté inserto en la sociedad de una manera un poco más natural. O sea, todos los proyectos que teníamos tenían que ver con un arte ciudadano, inserción en la ciudad. Y eso es una cosa que aquí, pues no sé, tampoco se apoya mucho la cultura y, si se hace, se hace de una manera un poco quizá más elitista o más como en una burbuja, ¿no? Y bueno, ahora cuando he vuelto, pues he visto de lo difícil que es. Pero bueno, me siento afortunado porque gracias a LaJoven, he tenido un sustento, una base

Has compuesto música para obras como 'Para acabar con Eddy Bellegueule', que estrena esta temporada La Abadía, que aborda el machismo, la homofobia... otras como 'Praga, 1941', sobre la guerra. ¿Qué os preocupa a los jóvenes?

La verdad es que ahora mismo LaJoven tiene una línea de siempre de hablar de la juventud, incluso de hablar desde otras épocas y ver cómo actualmente, se repiten muchas cosas. Praga habla, entre otras cosas, del lavado de cerebro en las juventudes hitlerianas y, sorpresa o no, esto se mantiene actualmente, una generación totalmente perdida porque caen en esas redes, aunque hoy no sea exactamente igual. Pero igualmente se habla de la juventud y del gran poder que tiene y lo importante que es ponerles en una dirección sana para, al fin y al cabo, hacerse cargo del mundo que les va a llegar.

Alberto Granados Reguilón

Alberto Granados Reguilón / LaJoven