Justicia
¿Quién decide el límite entre lo que es justo y lo que es equivocado y, sobre todo, cómo aplicarlo?
En el principio fue la palabra | Justicia
Florencia
Ius est ars boni et aequi, “la justicia es el arte de lo justo y equitativo”, decían los antiguos romanos, de quienes nosotros europeos hemos heredado el ordenamiento jurídico y el fundamento de nuestras leyes.
La palabra 'justicia' deriva del latín iustitia, formada por el adjetivo iustus, 'lo que es justo' porque respeta el ius, el principio de derecho contenido en las leyes de un pueblo.
En el mundo antiguo el concepto de justicia fue un principio revolucionario para el funcionamiento de la sociedad y que lamentablemente aún hoy, más de dos mil años después del abogado más famoso de la historia, Cicerón, no se respeta en todo el mundo: una acción es justa porque se prevé desde el ius, desde la justicia, y no porque lo decida un dios airado o un dictador sanguinario, más dispuesto a ajusticiar, a 'condenar a muerte', que a respetar la constitución y la justicia de sus leyes.
Una hermosa mujer con los ojos vendados que sostiene una balanza y una espada en sus manos: es este el símbolo de la justicia durante milenios.
La ceguera es garantía de imparcialidad: al juzgar la culpabilidad y distribuir las penas, la justicia no puede tener en cuenta la apariencia física, el sexo, la edad y el origen de la persona que ha infringido la ley.
Si la espada tiene un origen cristiano, quizás ligado al arcángel Miguel que expulsa al diablo, el símbolo de la balanza es el más antiguo y seductor: la imagen de una mujer dispuesta a sopesar el bien y el mal, las acciones permitidas y las prohibidas, se remonta al mundo egipcio, a partir del siglo XIII a.C. Era este el rito del "pesaje del corazón": el corazón del difunto se colocaba en una balanza para que hiciera de contrapeso a una pluma; si el pesaje revelaba que el corazón era más pesado que esta última, se juzgaba impuro y se condenaba a ser despedazado por Ammit, una monstruosa criatura mitad cocodrilo, león e hipopótamo. Y es precisamente de esta ponderación del bien y del mal que deriva la palabra 'equilibrio', del latín aequilibrium, compuesta de aequus, 'recto', 'exacto', y libra, la 'balanza', como la constelación del mismo nombre.
Sin embargo, la ceguera de la justicia no significa casualidad o ignorancia, como en el caso de la otra diosa vendada, la suerte, que reparte sus favores completamente al azar. La balanza representada en todos los tribunales de España se refiere a la capacidad de los guardianes de la ley para evaluar objetivamente las situaciones individuales: esta es la tarea del 'juez', cuya etimología remite al latín iudex, 'el que dice la ley ', compuesto por ius y el verbo dicere, 'decir'.