¿Estamos ante el fin del ámbar en los semáforos?

«El ámbar es rojo». Esta es una de las advertencias que se repiten en las autoescuelas de toda España. Si bien es cierto que el semáforo se compone de tres colores, sólo son dos las indicaciones viales: detenerse o avanzar. No existen más posibilidades. La señal transitoria entre el verde y el rojo no significa aumentar la velocidad, tampoco atropellar a peatones. La ambigüedad es peligrosa. Tanto es así que acorde el Laboratorio de Investigación del Transporte concluyó que la secuencia en ámbar produce un 25% de atropellos en Reino Unido. Actualmente, la legislación prohíbe la fabricación de nuevos semáforos con este patrón, una decisión que ya se plantea en el seno de la Dirección General de Tráfico (DGT). En un artículo de la revista oficial del organismo bajo el título «El peligro está en el ámbar», la DGT habla de los riesgos que supone el ámbar para los peatones y arroja datos sobre muertes y heridos por atropellos en esta situación. Según Tráfico, 35 peatones murieron y 198 fueron hospitalizados en 2020 tras ser atropellados en un paso de cebra con semáforo. El año anterior, la cifra fue más alta y fueron 47 los fallecidos y 317 los hospitalizados. El inconveniente de la luz ámbar, es que muchos conductores lo interpretan mal. Como dice la subdirectora adjunta de Circulación de la DGT, Ana Blanco, en el artículo, los automovilistas tienden a acelerar porque se les acaban los segundos antes de que el semáforo cambie al rojo. «Se envían mensajes contradictorios debido a la coincidencia de la fase verde de peatón, en la que tiene prioridad, con una fase ámbar intermitente, que permite el paso de vehículos, creando una situación de peligro para los más vulnerables», explica, e insiste en que el comportamiento adecuado cuando el semáforo está en ámbar es reducir la velocidad y frenar cuando se ponga en verde para que crucen los peatones de forma segura. El debate sobre eliminar el ámbar se ha generado tras la advertencia de The Safer Roads Foundation. Según esta organización España es el único país donde se proyecta la luz ámbar para vehículos y la señal verde para peatones de forma simultánea. A esta incoherencia se suma el exceso de velocidad en vías urbanas como causa de atropello. Según Tráfico, en un atropello a 50 km/h las posibilidades de morir aumentan hasta el 90%. Aunque la DGT ha aclarado en Twitter que no hay propuesta de eliminar la luz ámbar, el artículo de la revista «Tráfico y Seguridad Vial» ha dado pie a pensar que puede ser una opción y ha generado controversia entre conductores, víctimas y expertos en seguridad vial. Según el director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, Jesús Monclús, «no se trata de eliminar el ámbar», sino «terminar únicamente con la coexistencia temporal» de la señal verde para peatones y el ámbar para vehículos. «Aproximadamente la mitad de los fallecidos en ciudad se produce en un paso de peatones», apunta Monclús, antes de advertir sobre la mejora, aún pendiente, de estas zonas, independientemente de si tienen o no semáforos. Desde la parte opuesta, la asociación de víctimas en carreteras STOP Accidentes, defiende la eliminación del ámbar en todos los casos porque «es un peligro». «Nos parece fenomenal que se elimine el ámbar y es absolutamente necesario porque genera mucha incertidumbre a los peatones que no saben cuando tienen que cruzar y sobre todo crea un conflicto con los conductores», defiende la secretaria de STOP Accidentes y delegada en Galicia, Jeanne Picard. Sobre todo, insiste, «cuando el ámbar permite ir a la derecha a los conductores y al mismo tiempo cruzar a los peatones, es muy peligroso». «En especial para niños y personas mayores que pueden no ser conscientes de cuándo deben cruzar», añade. La subdirectora general técnica de la Asociación Española de la Carretera (AEC), Elena de la Peña, cree que es complicado dar una solución global y apuesta por estudiar la particularidad de cada situación. «El ámbar viene bien para la fluidez del tráfico, pero en las ciudades sobe todo es prioritaria la seguridad de peatones. Si hay señalización verde para los peatones y ámbar para los coches puede haber conflictos», señala. La representante de AEC argumenta su postura con dos ejemplos: «En Madrid viene bien porque hay más carriles y muchas veces los coches vienen de estar parados y no supone peligro. Sin embargo, poner ámbar en colegios o centros de mayores donde los que cruzan son niños o personas mayores pueden no ser tan conscientes y les puede generar un riesgo». Por ello, considera que se debería analizar el uso del ámbar en cada situación particular, «porque no es lo mismo en carreteras con muchos carriles que en ciudades más pequeñas». Además, explica que la tecnología de los semáforos está diseñada para que puedan actuar de una forma «por la mañana o por la tarde, o incluso los fines de semana según el tráfico o la situación, e igual es lo que se debería aplicar». Pero en el caso de eliminarlos en todos los supuestos, AEC considera que se debe analizar las particularidades. Sobre la particularidad en España, Monclús dice que tanto en nuestro país como en muchos países «se ha priorizado los vehículos a motor». «La perspectiva está cambiando en todo el mundo, hay que proteger a los usuarios más vulnerables», matiza. Entre las propuestas de la Fundación MAPFRE se encuentra una consulta abierta por parte del Consejo General de Tráfico y una prueba. De este análisis práctico no solo se obtendrían datos sobre la siniestralidad, también sobre la fluidez del tráfico «aunque la prioridad siempre debe ser la seguridad». De hecho, cuando se aplicó la medida en Londres se esperaba que la congestión aumentara, en contra de su resultado final, según el presidente de The Safer Roads Foundation, Michael Woodford. El director del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE estima que una de las soluciones se halla en la mejora de los pulsadores para peatones, que carecen de efectividad instantánea. «Proponemos que realmente funcionen los pasos de peatones con pulsador, debe autorizar el movimiento de inmediato, si espero 5 minutos, seguramente, la próxima vez no lo tocaré», argumenta. Y en esta línea, la subdirectora adjunta de Circulación de la DGT, coincide en habilitar semáforos con pulsador y señala que desde la DGT ya se han planteado otras recomendaciones para mejorar la seguridad en los pasos. «Por ejemplo, no usarlos en tramos fuera de intersecciones ni los que tienen giros a la derecha para los vehículos en vías con más de un carril. En estos casos, la fase verde de peatón debe coincidir con la roja para los vehículos», indica. «En cuanto a los giros a la derecha para los vehículos en vías de un único carril por sentido de circulación, podrá conservarse la fase verde para los vehículos y la ámbar para los peatones, pero manteniendo durante al menos 5 segundos la fase roja para los vehículos y la verde para los peatones», añade Blanco, que propone también sustituir por contadores la fase verde intermitente para los peatones. Aunque todavía es una propuesta que está en el aire, desde STOP Accidentes aplauden la medida. «Sobre eliminarlo, creemos que es una norma que cada ayuntamiento y administración debería implementar y más si es una norma de la DGT de obligado cumplimiento, tendrán que acatarla», concluye Picard.

¿Estamos ante el fin del ámbar en los semáforos?

La revista oficial de la DGT ha publicado un artículo sobre los riesgos del ámbar en los pasos de peatones y ha abierto un debate entre las asociaciones de víctimas en carreteras, automovilistas y expertos en seguridad vial sobre la posibilidad de eliminarlo

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