Benzema salva al Real Madrid en un partido gris
Un gol de Benzema en los últimos compases ha supuesto la victoria de los de Ancelotti ante un combativo Espanyol (1-3)
Los buenos, aunque jueguen mal, no tienen días grises. El Real Madrid evita el empate contra el Espanyol gracias a dos tantos de última hora de un desdibujado, pero efectivo, Benzema. Con ello, los de Ancelotti evitan el primer pinchazo de la temporada ante unos trabajados pericos de Diego Martínez, que consiguieron igualar el gol de Vinicius gracias a Joselu. Puedes ver los goles del partido en AsTV.
Benzema evita el pinchazo del Real Madrid
El partido comenzó rozando esa fina línea que separa la intensidad de la brusquedad. Ya cayó el Real Madrid el año pasado en el RCDE Stadium, y el Espanyol sabían la fórmula para incomodar a sus rivales. Pese a ello, los vigentes campeones de liga no se iban a arrugar. O, al menos, los nuevos no iban a permitirlo. Rüdiger había conseguido desplazar a Alaba a la izquierda, y Tchouameni, tras esa oportunidad de oro que supone la salida de Casemiro, estaban manteniendo la estructura de los suyos. Fue precisamente el segundo, liberándose en ataque y mostrando un pie que no está reñido con su imponente físico, el que protagonizó el primer gol del partido. Vinicius leyó a la perfección las intenciones de su compañero, dibujando un desmarque tan bueno como su definición. A base de repetir, ya definía como los mejores. El primer gol ya campeaba en el marcador y el brasileño ya lo había bailado en el verde.
La rebeldía de los jóvenes del Real Madrid se iba adueñando poco a poco del partido, estando tutelados ante la atenta mirada de los veteranos y haciendo un homenaje al himno blanco. Ante una cabalgada perica peligrosa, Vinicius no dudó en seguir a su rival, robar el balón y rascar una falta para dar aire a los suyos. Modric aplaudía porque sabía que el relevo, cuando no estén, estaba garantizado. No era para menos, porque lo habían entendido todo: sin compromiso, no hay dinastía en Europa, y eso es lo único que importa en el Bernabéu. Pese a ello, el dominio madridista no era tan contundente como parecía. Todo el Madrid defendía en bloque, pero el Espanyol poco a poco iba rascando metros. Rüdiger consiguió sacar el extintor ante Joselu en una primera instancia, aunque el incendio ya estaba montado. La defensa tuvo un cortocircuito, y el delantero español lo leyó a la perfección. Cuerpeando como un buen pívot en la zona, batió a Courtois tras dos remates consecutivos. El Real Madrid llegaba al descanso en medio de un golpe de realidad.
Diego Martínez había conseguido que su equipo superase una situación crítica en la primera parte, y lo sabía. Igual que los de Ancelotti tienen ese sexto sentido para golpear a sus rivales y que estos duelan el doble, el del Espanyol sabía que era su momento. Los pericos salieron en tromba, dejando el dominio del Madrid en un sistema en el que el novel Vinicius estaba demasiado solo, sin la compañía del veterano Benzema. Desde el banquillo blanco sabían que tenían que agitar el partido, molestar a un Espanyol cómodo, dando entrada a Rodrygo y Camavinga por Modric y Rodrygo. Ancelotti quería menos control y abrazaba el riesgo que aportaban sus dos jóvenes valores, aunque eso significase volver a depender de un Courtois que evitó el que pudo ser el segundo gol de Joselu.
Rápidamente, el Espanyol se vio obligado a dar un paso atrás por el peligro que suponían los cambios del Madrid en un hipotético ida y vuelta. Tchouameni, de notable durante el partido, estaba ante su prueba de fuego: tenía que ser la red de seguridad de los suyos, tal y como era Casemiro. Pese al esfuerzo del francés, los locales consiguieron salir en un par de ocasiones. Ver la puerta de la victoria entreabierta hizo que ese paso atrás se transformase en dos hacia delante, provocando que ambos abrazasen el intercambio de golpes que en un principio parecían rehuir. En una cabalgada apoteósica de Camavinga, Kroos consiguió anotar, pero Benzema estaba en fuera de juego, anulándose el tanto por interferencia del francés. El Real Madrid avisaba. Quedaban 20 minutos que se podían hacer muy largos para el equipo que fallase.
Ese miedo al vacío, al fallo que cueste el punto en un todo o nada, empezó a acongojar a ambos equipos. El Espanyol, espoleado por los suyos, quizás se lo creía un poco más de los visitantes, pero no había una diferencia exagerada entre ambos. Rodrygo, con un envío perfecto y ese oportunismo para aparecer en los días grises, dibujó un centro perfecto para Benzema, el más gris de todos en Barcelona. Su movimiento a la espalda del central le hizo indetectable, dibujando el gol antes de rematar. El francés celebró con rabia y agradeció la asistencia. Con el Barça pisando los talones de los campeones y Lewandowski opositando a ser el 'Benzema' de este año en LaLiga, no podían pinchar en la casa del vecino de su máximo rival. Y si ya, de paso, recuerda que entre lo negro y lo blanco está la grisácea virtud de los que son muy buenos y deciden sin jugar bien, doble victoria.
Hubo tiempo aún para una jugada rocambolesca. Lecomte acabó expulsado por un fallo en cadena, haciendo falta a Dani Ceballos antes de que Rodrygo metiese gol. Tras un rato de zozobra que hace replantearse los tiempos con los que se aplica el VAR, el colegiado pitó una falta en la frontal. Benzema, que tenía ganas de más, cogió el balón. La barrera no estaba bien puesta y Cabrera, central, estaba de portero, pero el gol contaba igual. El doblete contaba igual, mirando a los ojos a Lewandowski y recordando a esos tiempos en los que Magic Johnson y Larry Bird igualaban sus estadísticas, en los que Cristiano Ronaldo y Messi se intercambiaban goles. Poco después del tanto, llegó el final, dejando al Real Madrid con su pleno de victorias y dejando claro que, entre veteranos y noveles, el mejor siempre será Benzema.
Víctor Diéguez
Periodista según la UCM. Pasión por el deporte y por sus historias.