El obispo de Cáceres reubica en una parroquia a un cura condenado por corrupción de menores
También fue condenado por distribución de pornografía infantil, aunque no pisó la cárcel, según cuenta EL PAÍS
Madrid
El sacerdote Ignacio Lojas Obregón fue condenado a 16 meses de cárcel en 2004 por corrupción de menores y distribución de pornografía infantil. Ahora, y según publica EL PAÍS, el obispo de la diócesis de Coria-Cáceres, lo ha recolocado como párroco de Almoharín y Valdemorales, según aparece en el boletín de nombramientos del obispado, que publicó el pasado mes de junio. Lojas Obregón, ahora, como nuevo párroco, será el encargado de coordinar las actividades pastorales de los menores de la localidad, como las catequesis para tomar la primera comunión.
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El acusado reconoció el delito, aunque no fue a la cárcel, ya que era menor de dos años y no tenía antecedentes penales. Así, tras el fallo en 2004, el condenado continuó oficiando misas en varias parroquias.
La diócesis no explica las razones del nombramiento
Según matiza EL PAÍS, la diócesis no ha querido explicar las razones de este nombramiento, sino que ha explicado que ha tomado las "medidas pertinentes para que la parroquia sea un espacio seguro para menores". De igual modo, ha asegurado que el nuevo párroco, "cumple con la otorgación del certificado negativo de delitos sexuales emitido por el Ministerio de Justicia". Asimismo, al sacerdote no ha hecho ninguna declaración, solamente que "la diócesis nunca ha tenido intención de ocultar nada y siempre ha actuado con total transparencia".
El párroco fue arrestado en 2002 por formar parte de una organización dedicada a promover pornografía infantil por internet, una red que se extendía hasta países de Latinoamérica. En 2002, tenía 29 años y vivía con su madre. Los vecinos se posicionaron a su favor, puesto que cuando el juez ordenó su ingreso en prisión provisional, los vecinos llevaron a cabo una recogida de firmas. El obispo que ostentaba el cargo por aquel entonces, Ciriaco Benavente aseguró antes los medios que el arrestado se arrepentía tras visitarlo en su celda. También destacó su "conducta ejemplar".
La diócesis nunca ha informado sobre si abrió un proceso canónico contra el cura y si lo comunicó al Vaticano, ya que era su obligación. De hecho, y según destapó EL PAÍS, el párroco continuó en contacto con menores.