Llueve en España, pero la lluvia torrencial no termina con la sequía

Madrid

Este martes se han actualizado los datos de embalses en España y -a pesar de que la borrasca 'Danielle' está dejando ya importantes lluvias en nuestro país- para recuperar un nivel óptimo, según los expertos, necesitaríamos lluvias más continuadas y sostenidas. Porque las trombas de agua, aunque parezcan un respiro para la sequía, suponen muchas veces lo contrario: no permean en la tierra y provocan daños importantes. "Una de las consecuencias más visibles del calentamiento acelerado del planeta es una alteración muy preocupante del ciclo del agua. Pasamos a un escenario en el que se alternan las sequías extremas y prolongadas con las lluvias torrenciales que provocan graves daños en la agricultura y que efectivamente no sirven para poner fin a la sequía, pues el suelo seco y compactado es muy poco permeable y dificulta que se repongan los reservorios de agua. Arrastra la materia orgánica y provoca inundaciones relámpago que pueden ser devastadoras. Este ciclo alterado del agua es cada vez más frecuente en España y desde luego que tenemos que intervenir sobre esta nueva realidad", señala el divulgador Javier Peña.

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¿Cuál es el problema? Llueve menos, sí, pero sobre todo hace más calor: "La situación es compleja porque a lo largo de los últimos decenios hemos ido aumentando el consumo per cápita de agua y en lugares como el nuestro -en este contexto mediterráneo- pues la cantidad de agua que recibimos ha disminuido. (...) Aunque el declive no es especialmente grande. Lo que ocurre es que al aumentar las temperaturas, la evapotranspiración aumenta y eso lo que hace es que la disponibilidad de agua para la gente o para toda la sociedad haya disminuido", explica Adrián Escudero, catedrático de Ecología de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Energía y agricultura: desembalse de los pantanos

Los embalses están en mínimos y también por varios motivos: "Por un lado, se están produciendo desembalses potentes de agua en determinadas épocas del año relacionados con las necesidades energéticas. Eso hace que, como vivimos en la primavera pasada, algunos embalses de la Cuenca del Duero desembalsasen para producción energética, en este marco en el cual las empresas eléctricas, se benefician o son capaces de cobrar esa energía producida prácticamente gratis, poniéndole los precios de lo que el mercado considere que es la fuente energética más cara en cada momento. Además de estos desembalses, el consumo per cápita ha ido aumentando, aunque tenemos que decir en ese sentido que buena parte de las necesidades de agua que tenemos en nuestro país tienen que ver con la agricultura. Casi el 80% de las necesidades de agua son agrícolas", subraya Adrián Escudero.

Esto mismo señala también Peña: la necesidad de reducir el regadío: "Somos el país de Europa con más riesgo de desertificación debido a la crisis climática y a la vez estamos expandiendo el regadío año tras año hasta convertirnos en el país con más superficie de regadío de Europa. Es crucial reducir una práctica que no podemos permitirnos y a la vez apostar por técnicas de agricultura regenerativa y ecológica que restaura los suelos esponjosos y pueden almacenar hasta diez veces más agua que un cultivo convencional".

¿Cuánto tiene que llover?

¿Qué puede traer la lluvia? ¿Cuánto tiene que llover para volver a esos niveles que hemos venido considerando "normales" hasta ahora? Responde el catedrático Adrián Escudero: "Tendría que llover mucho. Realmente una gran cantidad de agua. Y las proyecciones que manejan, o los modelos que tienen las diferentes agencias meteorológicas, no parece que sugieran que esto se vaya a mantener durante mucho tiempo. Ojalá no sea así y que realmente pueda caer el agua necesaria para que podamos recuperar los niveles de los embalses. Porque si no, tendremos un problema en el futuro próximo".

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Y es que los fenómenos extremos han llegado y -señalan los expertos- España -pero también la Unión Europea- deberán poner en marcha planes para hacer frente a la crisis hidrológica: "Igual que la Unión Europea está haciendo un esfuerzo gigante en relación con la crisis energética, debe de reforzar lo que ya está haciendo también en relación con la crisis hidrológica. Estamos a nivel europeo pendientes de este drama que durante el verano se ha manifestado en toda Europa. Ver Hyde Park en Londres completamente seco, es algo excepcional. O ver bancos y zonas del río Danubio, del río Rin completamente secas, pues ha sido una constante de este verano que es excepcional. De manera que necesitamos un plan global de para enfrentarnos a la emergencia hidrológica en toda la Unión Europea. El problema es que la situación aquí en el arco mediterráneo de la Unión es especialmente crítica, como bien hemos sufrido todos nosotros este verano", reclama Escudero.