La Voz cumple 10 años y esta semana presenta su cuarta edición. Con ese motivo, sus coaches —los cantantes Luis Fonsi, Pablo López, Laura Pausini y Antonio Orozco— estuvieron este lunes por la noche en El Hormiguero y, tras la entrevista sobre el programa de talentos musicales, jugaron a Fulgor con Trancas y Barrancas. Las hormigas proponían una palabra y los invitados debían cantar temas populares usándola. Una de las palabras escogidas era corazón y tras varias canciones en castellano, Laura Pausini comenzó a entonar Cuore Matto y preguntó a los demás si la conocían. Trancas y Barrancas empezaron a cantar también ese tema de Little Tony pero fue entonces cuando, como si se tratase del mismo tema, Pablo Motos continuó con Bella Ciao y el publico y otros invitados como Luis Fonsi se unieron a él. La cantante italiana muestra rápidamente su desaprobación: «Es una canción muy política, yo no quiero cantar canciones políticas», zanja rápido y vuelve a cantar Cuore Matto, como se puede ver a partir del minuto 3.20 de este vídeo: A Laura Pausini no le faltaba razón. Bella Ciao es una canción que se convirtió en un himno de la resistencia antifascista durante la Segunda Guerra Mundial. La cantaban los simpatizantes del movimiento partisano italiano compuesto por socialistas, comunistas, liberales y anarquistas. En 2020, los Italianos cantaron ese tema desde los balcones por el 75º aniversario de la liberación del fascismo y durante los últimos años, en distintas concentraciones contra el avance de la ultraderecha en el país, se ha entonado y bailado esta canción en sus calles. Tras la reacción de la cantante italiana en el programa de televisión al escuchar esa canción, le han llovido las críticas en las redes sociales. La propia socialista Adriana Lastra ha asegurado en Twitter que «negarse a cantar una canción antifascista dice mucho de la señora Pausini y nada positivo». Ya este martes por la mañana, Laura Pausini también ha querido dar una explicación más extensa: «No canto canciones políticas ni de derecha y ni de izquierda. Lo que pienso de la vida lo canto desde hace 30 años. Que el fascismo sea una vergüenza absoluta me parece obvio para todos. No quiero que nadie me use para propaganda política. No se inventen lo que no soy», sentenciaba en Twitter. La canción se ha ido desprendiendo de sus tintes políticos durante los últimos años. En muchas discotecas de todo el mundo la cantan jóvenes que desconocen por completo su pasado antifascista. Además, la serie La casa de papel ha vuelto a popularizar el tema que para sus protagonistas es también un canto libertario del pueblo contra el sistema. La canción ha sido versionada por Najwa Nimri e incluso por la cantante estadounidense Becky G, que en diciembre de 2021 le dio un giro hacia el reguetón.