Movilización
"No sé en ruso, pero en español el verbo movilizar solo tiene dos acepciones: poner en pie de guerra a las tropas y poner algo o alguien en movimiento. Y parece que Putin, indeseadamente, ha desencadenado esa segunda movilización", la palabra de Isaías Lafuente
La palabra del día de Isaías Lafuente | Movillización
Madrid
Putin ha ordenado la movilización de 300.000 reservistas para responder a la última y eficaz contraofensiva del ejército de Ucrania. El innecesario recuerdo de los males que esperan a los desertores deja patente que Putin sospecha lo evidente, que sus plácidos reservistas no verán con entusiasmo la idea de reengancharse como carne de cañón. Y aunque ha suavizado la iniciativa hablando de una 'movilización parcial', la orden esconde una realidad que no logra maquillar el eufemismo: que Rusia está en guerra, cosa que muchos rusos aún no sabían oficialmente, que la guerra relámpago anunciada hace siete meses se enquista y que al potente ejército ruso se le han roto las costuras. Por eso Putin tiene que tirar de reservistas, como un entrenador de futbol tiene que echar mano de la siempre disponible cantera cuando la alineación oficial y el banquillo están muy tocados.
No sé en ruso, pero en español el verbo movilizar solo tiene dos acepciones: poner en pie de guerra a las tropas y poner algo o alguien en movimiento. Y parece que Putin, indeseadamente, ha desencadenado esa segunda movilización. Porque los vuelos de salida del país se están abarrotando y porque el movimiento pacifista Vesná ha convocado esta misma tarde una movilización con el paradójico lema "No a la movilización". Ya sabíamos que las guerras las carga un diablo. Desde hoy Putin quizás entienda que las movilizaciones las carga el diablo.
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