Las elecciones italianas están en el punto de mira de toda Europa ante la posible entrada en el poder de la ultraderecha de Giorgia Meloni. Los últimos sondeos permitidos antes de los comicios de este domingo, 25 de septiembre, posicionan a la líder de la formación «Hermanos por Italia» encabezando la carrera electoral. Los principales medios italianos como «Il Corriere della Sera» y «La Repubblica» aseguran que cuentan con el 45% de los votos, siendo la clara favorita para ganar en los comicios. Dos meses después de la caída del gobierno de Mario Draghi, la bancada de la izquierda, liderada por Enrico Letta, secretario general del Partido Democrático tiene todas las de perder en la cita electoral de este domingo, con la única esperanza de que los indecisos puedan mejorar su resultado. El que fue Presidente del Consejo de Ministros y decano de la Escuela de Asuntos Internacionales de Sciences Po de París regresa a la vida pública y a la política después de un tiempo alejado de los focos con la intención de convencer a los italianos de que su política ligada a la Unión Europea es el futuro que necesita la República. Enrico Letta, el que sería el principal líder de la oposición en caso de que las predicciones se cumplan, asegura que una victoria de Meloni sería un «gran trauma» para Europa. «Es evidente que los próximos años, si vence la derecha, serán muy complicados para Europa, sobre todo porque pierde a Draghi, un punto de referencia, y más ahora que debe tomar decisiones muy importantes sobre instituciones, sanidad, política internacional, fondos europeos, el nuevo pacto de estabilidad y crecimiento, las políticas monetarias y las reglas fiscales», explicaba el exprimer ministro. «Sería un gran problema que por primera vez uno de los países fundadores de la UE tenga un liderazgo fuera de los partidos tradicionalmente europeístas», añadía. Letta asume el cargo de dirigir el Partido Democrático (PD) italiano desde hace un poco más de seis meses. Nacido en Pisa en 1966, Enrico Letta es profesor universitario, político y politólogo de carácter progresista. Sus políticas europeístas las ha mamado desde pequeño, habiendo cursado la enseñanza obligatoria en Estrasburgo, Francia. Se graduó en ciencias políticas por la Universidad de Pisa. Inició su andadura política en el partido Demócrata Cristiano para después asumir el papel de presidente de las juventudes del Partido Popular Europeo entre 1991 y 1995. Trabajó en el Ministerio de Hacienda cuando Italia se preparaba para empezar a utilizar el euro y después fue nombrado ministro de Asuntos Europeos en 1998 con tan sólo 32 años, siendo el ministro más joven en la historia de la posguerra de Italia. Fue una pieza clave en la fundación del Partido Demócrata de Italia en 2007, aunque no se hizo con el liderezgo al quedar en tercera posición con el 11% de los votos. La oportunidad le sirvió para asentar las bases de su política, convirtiéndose en vicepresidente del PD en 2009. Pasó a ser diputado por la Región de Marcas ocupando un escaño con la victoria de su partido en las elecciones generales y tras la dimisión de Pier Luigi Bersani - que fue secretario general del PD entre 2009 y 2013 - Letta dejó su cargo de vicepresidente. Pasó a ser el Presidente del Consejo de Ministros más joven de la historia italiania en 2013, pero su mandato duró apenas un año. Logró obtener mayoría gracias a una coalición con la formación de Silvio Berlusconi (Pueblo de la Libertad) y el partido de Mario Monti (Elección Cívica). Debida a la complicada situación que atravesaba Italia en 2014 y el descontento generalizado dentro de su propio partido, Letta dimitió en febrero de 2014. Matteo Renzi de Italia Viva ocupó el puesto hasta 2016. En cuanto a lo personal, Letta está casado y tiene tres hijos. Además, es sobrino de Gianni Letta - amigo íntimo de Silvio Berlusconi. Tras varios años apartado de la política y dedicado a la enseñanza en la Science Po, Letta regresa a los titulares mientras lucha por volver a ocupar el Palacio de Chigi. En una entrevista con el diario «El País», Enrico Letta explica cómo afronta las elecciones del 25 de septiembre: «En realidad son una batalla entre dos ideas de Italia muy distintas. Una Italia europea ante una Europa nacionalista. Una Italia de los derechos contra una que aboga por la idea de familia de Viktor Orbán en Hungría. O una contra el cambio climático y otra que vota contra todas las normas europeas sobre el medioambiente.» Letta tiene claro que necesita ganar el apoyo de los votantes indecisos o abstencionistas que, por lo general, se mueven en el grupo de edad de entre los 18 y los 24 años. Por ello, tiene un programa repleto de medidas progresistas entre las que destacan su afán por potenciar el trabajo, implementando medidas que permitan reducir los impuestos sobre el trabajo. Asimismo, quiere seguir los pasos de España y establecer un límite para el precio de la energía. Su lucha contra el cambio climático es uno de sus puntos fuertes, con propuestas que aspiran a reducir las emisiones al 55%, apuesta por las renovales, una movilidad sostenible y paralizar el uso de energía fósil. Con esto, muestra un programa que pretende hacer frente a «una derecha negacionista, en la senda de Trump y Bolsonaro» y fomentar las libertades, «superando el retraso que hay en asuntos como el matrimonio igualitario o la eutanasia».