Una nueva escalada de violencia en Cisjordania ha dejado cinco muertos después de que se produjeran nuevos enfrentamientos entre el ejército israelí y la población palestina. Cuatro jóvenes han muerto, de origen palestino, han muerto este fin de semana tras los enfrentamientos con las fuerzas israelís, y la soldado hebrea Noa Lazar ha fallecido víctima de un ataque mientras se encontraba haciendo guardia en un puesto de control fronterizo. Este nivel de violencia no se veía en la zona desde 2015, hecho que ha causado muestras de preocupación por parte de la ONU. Desde que comenzó el año, son 114 los palestinos muertos en circunstancias violentas o como consecuencia de enfrentamientos armados con las fuerzas de seguridad o colonos de Israel en Cisjornadia. Los datos convierten este año 2022 en el más sangriento desde que se produjo la Intifada de los cuchillos en 2015, momento en el que más violencia se sucedió en la zona tras la guerra de Gaza. Al respecto se ha pronunciado el coordinador de la ONU para el proceso de paz en Oriente Medio, Tor Wennesland, afirmando que «la creciente violencia está alimentando un clima de medio, odio e ira» en Cisjordania. El representante de la ONU abogó porque ambos países enfrentados siguieran la vía política, dejando de lado los ataques violentos cruzados: «es crucial reducir las tensiones para abrir espacio a iniciativas encaminadas a un horizonte político viable». La soldado israelí de 18 años, Noa Lazar, fue víctima de un ataque que le costó la vida mientras desarrollaba labores de vigilancia en el puesto fronterizo del campo de Shuafat. Un ciudadano palestino disparó contra el lugar donde se encontraba, acabando con su vida y dejando herido grave a otro guardia de seguridad civil que fue operado de madrugada, y con heridas leves a dos agentes más. Dos menores de edad, Abdel Daoud, de 14 años, y Mahdi Ladaouda, de 17, murieron el viernes después de sendos enfrentamientos con tropas israleís en Qalqilya y Ramala, respectivamente. Ahmed Daraghmeh, de 16, y Mahmud Moayed, de 18, tuvieron idéntica suerte y fallecieron el sábado en la ciudad de Yenín. Estos dos adolescentes de Yenín formaban parte de las Brigadas Al Quds, una facción armada de la Yihad Islámica con destacada presencia en el campo de refugiados que existe en la ciudad y que constituye un importante bastión de la milicia palestina. La pasada noche se sucedieron en Irán nuevas protestas civiles en contra del régimen gobernante. Al menos dos miembros de la milicia paramilitar fiel al gobierno, los basijis, han muerto en enfrentamientos con los manifestantes que reclaman más libertades desde la muerte el pasado 16 de septiembre de la joven Mahsa Amini, que se ha convertido ya en un símbolo de la resistencia. En la región de donde era natural Amini, el Kurdistán iraní, se han producido también choques entre la protestantes y la policía que han dejado un civil muerto a causa de un disparo. El gobierno ha atribuido el fallecimiento a «las fuerzas contrarrevolucionarias», tras los enfrentamientos de ayer, el gobierno ha decidido cerrar este domingo los colegios y universidades de la región del Kurdistán iraní.