No cumplen la ley y no respetan las más mínimas reglas protocolarias

El 12 de octubre recuperó ayer la normalidad prepandemia, con su desfile por la Castellana de Madrid, y la multitudinaria recepción en el Palacio Real. Recuperó la normalidad, las tradiciones y se convirtió en la mejor fotografía del momento político que vivimos en España. Todas sus tensiones reflejadas en la ausencia de la jefatura del Poder Judicial y en esos abucheos a un presidente democrático que se encargan de proferir unos cuantos, los de siempre, cuando quien preside el Gobierno es alguien del PSOE. Vaya, que se ha convertido una tradición como otra cualquier otra, a pesar de que la derecha mediática se encarga de ponerles el altavoz.

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Hay que destacar que a la ausencia de Carlos Lesmes se sumó la de los vocales conservadores del Poder Judicial, los mismos que no cumplen la ley, es decir, los mismos que maniobran para impedir los nombramientos de dos magistrados del Tribunal Constitucional. Justifican su ausencia por el retraso en la recepción de la invitación, pero su gesto es todo un desplante al poder ejecutivo en plena negociación entre los dos principales partidos para la renovación del órgano del Gobierno de los jueces. No cumplen la ley y no respetan las más mínimas reglas protocolarias. Una irregularidad más protagonizada por alguien que tiene una importante responsabilidad institucional y que se suma a los cuatro años de anomalía en los que ha estado viviendo el Poder Judicial. Ha estado y sigue viviendo hasta que de las negociaciones entre el PP y el PSOE no salga una solución para el cumplimiento de lo que es un mandato constitucional.

Las negociaciones para la renovación siguen, buscando la discreción, aunque hoy, que hay comparecencia del presidente Pedro Sánchez en el Congreso, seguro que los dos partidos buscarán escenificar la confrontación. El PP navega entre la necesidad de despegar a Feijóo de la sombra de Casado, dejar claro que no son lo mismo, y para eso es indispensable suscribir el primer gran pacto con el Gobierno, el de la renovación del Poder Judicial, y las presiones del ala más dura de la derecha política y mediática para mantener el bloqueo a la renovación. Unos y otros dicen que la solución no se demorará mucho en el tiempo.