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Amaia Salamanca: "Siento que desde que he sido madre los papeles que me ofrecen son otros"

La actriz estrena ‘La piel del tambor’, adaptación de la novela de Arturo Pérez Reverte

La actriz Amaia Salamanca. / JUAN NAHARRO

Madrid

Tiene más tatuajes desde que interpretó a la reina Letizia en 2009, prefiere los trajes a los vestidos y, según ha expresado en una entrevista para El País, desde que es madre de tres hijos los papeles que le ofrecen han cambiado mucho. La actriz Amaia Salamanca se estrena en una nueva película, La piel del tambor, adaptación de Pérez Reverte en la que interpreta a Macarena, una marquesa sevillana.

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Aunque el hecho de ser madre le ha cambiado la visión y la perspectiva de futuro, la actriz no evita papeles por ser madre, todo lo contrario: "Cada papel es como es, miro mucho más si, por ejemplo, los desnudos están justificados. Me costaría. Como actriz igual es tirar piedras contra mi tejado. Debería ser mucho más libre, pero lo mido todo mucho más".

"Tengo cierto miedo"

"Pienso en que ellos, o sus amigos del colegio, lo van a ver, y me impone. Por eso tampoco me exhibo ni los exhibo en redes, para que no haya nada que me puedan reprochar de mayores", ha asegurado. "Pensé que iba a ser más liberal. Pero tengo cierto miedo, siento que el futuro va tan rápido en comparación a cuando yo era pequeña, que me asusta, y quiero blindarlos y protegerlos".

Desde que es madre siente que los papeles que le ofrecen son otros y le parece injusto. Salamanca ha manifestado que muchas de sus amigas actrices tienen miedo a quedarse embarazadas y que cambien el concepto que tienen de ellas, o estar una temporada sin trabajar y que luego no se acuerden.

"Y ahora, como consecuencia, muchos directores me ven en esa edad madura. Me ofrecen papeles de madre de adolescentes, y tengo 36 años. Me ven con 10 años más de los que tengo, a nosotras no nos ven como ellos piensan que son las mujeres algo más jóvenes. No nos dejan".

En la profesión no todo son luces, también hay sombras y es que la actriz ha confesado que, aunque se encuentre muy feliz con lo que le sucede, tiene "como una revoltura y no sé muy bien qué hacer con ella. Igual tengo que ir a terapia, pero así me siento".